Las incertidumbres que han rodeado al sector agroalimentario extremeño que ha apostado por crecer bajo la denominación ecológica, comienzan a ser superadas gracias a infinidad de experiencias emprendedoras. La mayor parte de estos proyectos corresponde a pequeñas y medianas empresas que han visto en la certificación ecológica una excelente forma para vender productos de calidad, adaptados a las exigencias de un consumidor cada vez más preocupado por su salud. Durante un curso de verano organizado por la Universidad de Extremadura, algunos de estos empresarios han querido mostrar algunos de sus particulares secretos para alcanzar el éxito.

Por el curso de verano de la Universidad de Extremadura: Retos medioambientales en las empresas, ha pasado el gerente de Kit Cream, Esteban Bartolomé. La iniciativa de este empresario surge como un intento por cambiar las tendencias del consumo de helado en España y desterrar el prejuicio que ha situado a los helados como un postre rico en grasas destinado únicamente a los niños. «Nuestro objetivo ha sido fabricar alimentos elaborados a partir de materias naturales y crear un producto diferente», según ha explicado Bartolomé durante los Cursos de Verano. En su opinión, optar por la certificación ecológica en 2006, fue la mejor estrategia que esta pequeña empresa pudo seguir para demostrar que era posible vender un producto sano, sin ningún tipo de añadido químico. Los helados ecológicos se comercializan desde mayo de 2007 y han tenido una excelente acogida en España y en países europeos como Portugal, Francia y Alemania.

La firma de helados ecológicos Kit Cream, con capital netamente extremeño, es una de las aventuras empresariales que mejor define la evolución de este sector en el ámbito de la comunidad autónoma. Con sede en Trujillo, ha sido la primera en conseguir la certificación ecológica en Heladería y recientemente ha logrado el primer premio emprendedor XXI por su carácter innovador. En la actualidad comercializa 40 productos y en breve abordará el mercado de helados específicos para diabéticos.

Higo ecológico

El presidente de la Asociación de Empresas Ecológicas Extremeñas, Juan Jesús Collado, cree que el sector muestra todavía debilidades, debido al escaso número de empresas y a la falta de conocimiento sobre el significado de consumir productos ecológicos.

En total, pertenecen a la Asociación 15 empresas que concentran el 80 por ciento de la producción certificada como ecológica en Extremadura, con productos tan dispares como el aceite, fruta fresca, piensos compuestos, frutos secos o vinos. «El producto ecológico se ha consolidado entre los países más desarrollados, las sociedades que han mostrado sensibilidad hacia los problemas globales como el cambio climático o la contaminación en la agricultura», ha apuntado el representante de EMPRECOEX. De hecho, gran parte de las exportaciones «ecológicas» extremeñas va dirigida a Holanda, Bélgica o Alemania.

Emprecoex es miembro federado de FEPECO, La Federación española de asociaciones de empresas con productos ecológicos, de la que APECPAE, es también miembro por parte de Cataluña.

El ponente en los cursos de la UEx justificó el progresivo auge del sector agroalimentario ecológico por las garantías añadidas que proporciona al consumidor, y el avanzado desarrollo normativo, aunque subrayó «cierta descoordinación» entre las legislaciones nacionales. Collado compatibiliza la presidencia de la Asociación con la dirección de una empresa ubicada en Casar de Cáceres, especializada en la comercialización de higo ecológico. Ecoficus está presente en los establecimientos gourmet y desde hace unos meses ha iniciado la venta en Estados Unidos de higo al vacío.



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