El calentamiento global es un desafío económico, pero también una oportunidad de negocio. En un futuro próximo, habrá un importante mercado global de soluciones frente al cambio climático, y España podría ser uno de sus líderes.

La lucha contra el cambio climático es sinónimo de problema económico: costes de la reducción de las emisiones de CO2, nuevas regulaciones ecológicas, dificultad de acceso a determinados recursos… Sin embargo, hay quien ve el vaso del calentamiento global medio lleno. Es el caso de Daniel Esty, consultor en temas medioambientales, que visitó España la semana pasada invitado por Climate Change Capital, un grupo de banca de inversión especializado en economía verde.

"Ha habido un cambio de mentalidad en la clase empresarial: no es sólo pensar en el cambio climático como en las regulaciones que hay que seguir, los costes que provoca o los riesgos que hay que gestionar. Cada vez se ven más oportunidades", asegura. El sector con mayor impacto y potencial es, naturalmente, el energético. Y más si, como opina Esty, "las posibilidades de que EEUU, tanto con Obama como con McCain, se sume a la negociación energética post Kioto son muy altas".

Esty, que ha asesorado a los dos candidatos presidenciales para sus programas medioambientales, está convencido de que en el próximo acuerdo EEUU y Europa reducirán sus emisiones de CO2 y que las potencias emergentes, como China e India, acordarán ralentizar su aumento de emisiones. "Así que va a haber un mercado global para soluciones ecológicas, para la reducción del CO2, para su almacenaje, para la eficiencia energética, para las renovables… Pero hay que ser honestos: éste es todavía un mercado emergente y hay mucho dinero volando en distintas direcciones. Nadie sabe si se impondrá la energía solar, la eólica, los biocombustibles o cualquier otro tipo. Pero la oportunidad está ahí: ser parte de esa exploración, que determinará cuál será la energía del futuro" apunta.

España

En este convulso escenario, "España está en una posición inmejorable" sostiene Esty, que alaba constantemente el protagonismo del sector energético español en el campo de las renovables. "Dentro de veinte años, España podría ser, debería ser, un líder real en energías alternativas. Las compañías españolas tienen una ventaja natural: la propia vulnerabilidad del clima español es la que crea las oportunidades para estas empresas". Sin embargo, Esty también apunta que "la industria general en España está por detrás en temas de cambio climático, lo que es sorprendente si se tiene en cuenta el impacto que puede tener. Tener una sociedad atractiva y respetuosa con el medio es algo crucial para sus tendencias económicas, como el sostenimiento del turismo y de la construcción".

Para este experto, es el Gobierno quien debe tener un papel protagonista, con el impulso de estándares de construcción sostenibles. "Construir verde ya no es tan caro", defiende Esty. "Hace diez años, el gasto añadido era muy importante, alrededor del 20 por ciento. Ahora se puede ser eficiente energéticamente casi al mismo precio que con la construcción tradicional".

Además de estos sectores, Esty tiene claro que hay un mercado emergente que demanda productos respetuosos con el medio ambiente. Como anécdota, el experto explica que en su hotel le han ofrecido un desayuno ecológico. "Hace tres años, esto no existía. Y lo que es improbable es que, el año que viene, haya menos gente que lo socilite o menos hoteles que lo ofrezcan. Hay muchas posibilidades en el green marketing, desde la alimentación hasta la moda". Y, además, continúa, "hay que preguntarse qué sectores pueden ser vulnerables a los efectos de la naturaleza. Por ejemplo, Coca-Cola depende del acceso a un recurso cada vez más limitado, que es el agua. Se ha convertido en su prioridad. De hecho, es la única compañía que conozco que tiene un vicepresidente para Medio Ambiente y para Agua. Todo el mundo será más verde en los próximos años. Las empresas que lo entiendan, serán las ganadoras del futuro".

El gran desafío para el siglo XXI

El cambio climático no afectará a todo el mundo por igual. Daniel Esty cita algunos sectores más expuestos a los riesgos del calentamiento global, por su actividad o por sus circunstancias .

· Alta exposición de la marca: las compañías que gozan de buen nombre y con un valor intangible (podrían ser Coca Cola, Procter & Gamble o McDonalds) se enfrentan al desafío de que su estatus corra peligro si no aplican políticas medioambientales.

· Alto impacto medioambiental: las empresas pesadas o basadas en la extracción de minerales podrían verse obligadas a crecer menos.

· Dependencia de recursos naturales: las compañías dedicadas a la venta de alimentos y productos forestales se verán afectadas si continúa la creciente escasez de acceso a algunos recursos naturales.

· Creciente exposición a las regulaciones: algunos sectores, como la automoción o la electrónica se enfrentan a nuevos desafíos. Por ejemplo, las nuevas normas europeas les requieren que tengan en cuenta el impacto medioambiental de sus productos tras su uso por los consumidores.

· Problemas en las pymes: hay muchas empresas de pequeño y mediano tamaño que dependen de grandes clientes que podrían empezar a exigirles un desempeño más respetuoso con el medio ambiente.



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