La Comisión Europea lanzó el miércoles propuestas para recortar el impacto medioambiental del consumismo de la UE con el apoyo a productos, innovación y tecnología compatibles con la ecología.

Las autoridades locales tendrán como objetivo hacer que la mitad de sus compras sean más sostenibles hacia 2010 y el marco del etiquetado ecológico se ampliará a 40 o 50 productos para 2015, desde los 26 actuales.

"En términos del impacto al planeta, estamos viviendo más allá de nuestros medios", dijo el comisario de Medio Ambiente, Stavros Dimas.

"Ha llegado el momento de cambiar el tipo de productos que compramos y transformar nuestros métodos de producción", añadió.

El plan llega cuando la Unión Europea se mueve hacia un recorte del consumo energético en medio de la subida del precio del petróleo y dentro de su ambicioso objetivo a medio plazo de recortar las emisiones de dióxido de carbono en una quinta parte para 2020, frente a los niveles de 1990.

Ante el precio récord del crudo, y a falta de años para que se alcancen los objetivos de energía renovable, la respuesta a corto plazo de la Unión Europea es recortar el consumo energético.

La directiva comunitaria sobre el diseño ecológico se expandirá hasta cubrir productos que afectan indirectamente al consumo energético, como grifos, duchas y ventanas, en lugar de sólo aplicaciones que consumen electricidad.

"Existe un gran potencial", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Gunter Verheugen. "Si echas un vistazo a las casas actuales, si explotamos plenamente estas medidas, podríamos reducir los costes energéticos un 30 por ciento".

Comprar energía

La Comisión espera aprovechar el enorme desembolso energético de gobiernos e instituciones para sumar adeptos a los productos ecológicos.

Los criterios medioambientales a nivel de la UE los establecerán las autoridades, que gastan unos 2.000.000 millones de euros – o un 16 por ciento del Producto Interior Bruto de la UE – en servicios y bienes como construcción, vehículos, ordenadores y mobiliario de oficina.

El etiquetado ecológico, que ayuda a los consumidores a adquirir productos respetuosos con el medio ambiente, desde pintura a lavavajillas, se ampliará hasta incluir alimentación y bebidas.

"Los consumidores son los agentes más poderosos de cambio en la economía", dijo Paul Skehan, del European Retail Round Table.

"También esperan que nosotros les ayudemos a hacer lo correcto", añadió.

El plan no establece patrones para una fabricación eficaz energéticamente, pero Verheugen dijo que las factorías ya estaban cubiertas por otros mecanismos como el sistema de compra de emisiones.



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