Mediterrània, Centre d’Iniciatives Ecològiques, exige un mayor control sobre la gestión que realiza la Asociación Nuclear Ascó-Vandellós (ANAV), titular de las dos centrales nucleares ubicadas en la provincia de Tarragona.

La entidad ecologista considera que la destitución ayer del director y el responsable de seguridad por parte de la Junta de Administradores de ANAV no es más que un intento a la desesperada por lavar la imagen de la gestora de las centrales tarraconenses después del desafortunado incidente del 26 de noviembre, conocido hace pocos días, y que ha puesto de manifiesto la mala gestión de las dos centrales tarraconenses, que ya acumulan 32 incidentes en lo que va de año, el 86 por ciento de todos los registrados en España.

Mediterrània-CIE considera gravísima la ocultación de informaciones sobre el último incidente, desvelado el pasado 7 de abril por grupos ecologistas, y catalogado por el Centro de Seguridad Nuclear como de nivel 2, que produjo la liberación al medio ambiente de partículas de material radiactivo y solicita se investigue exhaustivamente lo sucedido.

A pesar de que el CSN ha descartado peligro para la salud de las personas, Mediterrània-CIE recuerda que la emisión de partículas radioactivas entraña peligro en cualquier caso, puesto que las radiaciones no son inocuas para los seres vivos. Aunque no se trate de emisiones constantes, una sola exposición a radiaciones es más peligrosa que la exposición constante a otros contaminantes. En el caso del incidente de Ascó, la ausencia de información pública impide valorar el riesgo radiológico real.

Si no se hubiese ocultado el incidente se hubiese podido cuantificar con rigor la afectación a la salud de las personas que han estado dentro del radio de acción (trabajadores, personal auxiliar, visitas, etcétera). Además, hay que tener en cuenta que se han encontrado partículas radioactivas en el exterior por lo que ese radio de acción pudo ser mayor y es difícil de cuantificar tanto tiempo después.

La entidad ecologista recuerda que ANAV han protagonizado tres de los cuatro sucesos graves ocurridos en los últimos años en las centrales nucleares españolas. En 2005 la central Vandellós-2 protagonizó otro incidente de Nivel 2 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES), y se demostró que durante años se había ocultado la corrosión de una tubería poniendo en peligro la seguridad de las instalaciones. Ese suceso, fue para el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) el más grave ocurrido en España, junto al de la central de Trillo en 1992, también catalogado de nivel 2, y el accidente de Vandellós-1, ocurrido en 1989, que fue el de mayor gravedad en España, catalogado como de nivel 3 y, por lo tanto, como incidente importante.

La entidad ecologista pone en entredicho la seguridad de las centrales nucleares en España y reivindica la apuesta por las energías limpias, ya que son capaces de cubrir las necesidades energéticas actuales sin hipotecar nuestro futuro.



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