Sigue la polémica generada por el escape registrado en noviembre de 2007 en la central nuclear de Ascó (Tarragona). Ayer mismo, el titular de la planta comunicó al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que se habían detectado nuevas partículas radiactivas dentro del emplazamiento, en los mismos lugares donde ya se habían localizado otras. El CSN subrayó que el contenido radiactivo se está evaluando aún e insistió en que los datos obtenidos en los análisis que se han realizado hasta ahora no han revelado "ningún indicio de contaminación personal" como consecuencia de la fuga.

El pleno del CSN se reunió ayer con carácter extraordinario para analizar la información disponible tras la detección de partículas radiactivas en la central nuclear, y para definir las líneas de actuación que seguirán los servicios técnicos para esclarecer los hechos, evaluar sus consecuencias y determinar las acciones correctoras y sancionadoras. Aunque el organismo regulador descartó que haya un riesgo real para la población de la zona, medirá el nivel de radioactividad a las personas que pasaron por Ascó desde el día del escape, unas 800 en total.

Entre los visitantes están alumnos de seis escuelas, una de las cuales, los Maristas de Girona, estuvo en la central el pasado 4 de abril, el mismo día que se hizo la notificación de la fuga al CSN. Según aseguró ayer el portavoz de la central, Eugeni Vidal, no existió negligencia en este caso, ya que la notificación se hizo "el día 4 de abril por la tarde y la visita tuvo lugar el mismo día por la mañana". Asimismo, negó que haya "posibilidad alguna" de que los escolares hayan tenido algún contacto radiológico, puesto que "en la zona de visitas no se han encontrado partículas radiactivas".

Por su parte, la Asociación Nuclear de Ascó-Vandellós destituyó ayer de forma fulminante al director de la central, Rafael Gasca, y al jefe del Servicio de Protección Radiológica, Francesc González Tardiu, por ocultar la importancia del escape, uno de los cuatro más graves de la historia nuclear de España.

La organización ecologista Greenpeace opina que las destituciones Gasca y Tardiu son "insuficientes" y que se les ha utilizado como "cabezas de turco" de un incidente que expuso a la población "a un riesgo radiológico innecesario e indebido".

Maleta radiactiva

Por otro lado, el CSN denunció que en la tarde del martes se sustrajo del interior de un vehículo en Móstoles (Madrid) una maleta con material radiactivo. Esta maleta, de color amarillo, tiene una apertura con doble cierre de seguridad y en su exterior está impresa la señalización de material radiactivo (trébol negro y la leyenda: "radiactivo"). "Cualquier persona que localice el equipo debe evitar su manipulación y avisar inmediatamente a las autoridades, Policía o servicio de atención de urgencias", detalla el CSN en un comunicado.

El equipo, que contiene dos fuentes radiactivas de baja actividad (cesio-137 y americio-241/berilio), pertenecía a la empresa Instituto de Control, Asistencia, Ensayos y Sondeos S.A. (ICAES).

Víctor Manuel García, gerente de ICAES, aseguró que "si su manipulación es correcta, no tiene ningún riesgo". García aseguró que este tipo de material no tiene ninguna salida en el mercado porque "dispone de un número de serie perfectamente marcado, controlado por el CSN", y no tiene una utilidad distinta que para la que ha sido fabricado. A su juicio, quien se llevó la maleta "seguramente no sabría lo que era".



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