Para estructurar el barrido manual como servicio básico y rutinario de limpieza, es preciso determinar qué modalidad de este tratamiento se aplicará a cada conjunto de calles. Las calles se suelen agrupar por sectores teniendo en cuenta su proximidad; cada uno de los sectores resultantes se asignara a un determinado equipo. Los distintos tipos del servicio de barrido manual que pueden formarse, atendiendo al número de operarios que lo forman y a los medios materiales de que disponen, son:

  • Un operario con carrito.
  • Un operario motorizado.
  • Dos operarios con carrito.
  • Dos operarios motorizados.
  • Tres operarios motorizados.

Aunque es posible constituir equipos de cuatro, cinco y más operarios, la práctica del barrido manual de calzadas y áreas peatonales demuestra que en alguna zona de la ciudad, se deben tener en cuenta una serie de condicionantes:

  • Anchura de las aceras.
  • Grado de suciedad.
  • Existencia o no de contenedores.
  • Comportamientos cívicos.
  • Volumen y cantidad de residuos.
  • Tipos de pavimentos.

Se destinarán equipos de un operario con carrito para el barrido de zonas urbanas con aceras de una anchura máxima de 1,5 metros pavimentadas con losetas y con calzadas asimismo pavimentadas, cuyo nivel de ensuciamiento sea medio: papeles, envoltorios, colillas, polvo; sin cantidades importantes de hoja y con contenedores para la recogida de residuos sólidos urbanos donde se puedan ir depositando los residuos recogidos en el barrido. Si las circunstancias son las mismas pero no se dispone de contenedores, debe estructurarse el servicio con equipos de un operario que lleven vehículo donde acumular los residuos de la jornada.

Se deben programar equipos de barrido mayores, dotados de vehículos adecuados en los casos que lo requieran, como pueden ser aceras con anchuras superiores, aumento de los niveles de suciedad, residuos de mayor volumen, cuando las calles tengan deficiencias en el pavimento y haya que retirar normalmente cantidades importantes de tierra, etc.

  • Barrido manual individual. Este tratamiento se realiza por un solo operario que tiene a su cargo la limpieza de un determinado sector de la ciudad. El operario dispone del equipamiento necesario para su labor: escoba, escobijo, recogedor y el elemento de carga adecuado para retirar los pequeños residuos. Suele ocuparse también del vaciado de las papeleras del sector.Para llevar a cabo este tratamiento, el operario puede desplazarse hasta su sector bien andando o en vehículo. En el primer caso, este llevará como elemento de carga un carrito de limpieza, donde irá depositando los residuos que recoge para trasladarlos con posterioridad al lugar establecido para su transferencia, tratamiento o eliminación.

    En el segundo caso, el operario se desplaza en un vehículo, Generalmente un motocarro, que le permite, además de una mayor movilidad y de reducir los tiempos de desplazamiento, una capacidad de carga muy superior a la del carrito.

  • Barrido con servicios agrupados. Los servicios agrupados de barrido son aquellos que precisan un equipo de al menos dos operarios debido a la amplitud de la zona a barrer, aceras muy anchas, grandes superficies, tipo de pavimento irregular, o que por existir grandes cantidades de residuos o de tamaño voluminoso precisan la colaboración de varios operarios.A estos servicios se les denomina barrido manual con brigada, Y normalmente utilizan para su desplazamiento un vehículo con cabina para albergar a los operarios y con una caja capaz de transportar los útiles v herramientas necesarios y los residuos retirados de la vía pública.

    La sistemática operativa básica de este tratamiento consiste en que uno o más operarios van barriendo el área con la técnica explicada anteriormente, pero avanzando cada uno por una zona, uno por el bordillo, uno o dos por las aceras etc., mientras el tercer operario va recogiendo los montones de residuos viarios y cargándolos en el camión brigada. Para facilitar la labor del operario que retiran los residuos, es conveniente dotarlo de un carrito de barrido con aro portabolsas. Una figura controvertida en este tipo de equipos viene siendo el conductor, pues el trabajo de este operario consiste en trasladar el vehículo hasta el sector, esperar a que el resto de operarios vayan avanzando en su tajo, cambiar de vez en cuando el vehículo de posición y, por último, conducirlo hasta el punto de vertido, sin llegar a intervenir en las operaciones de barrido o de carga. Dicha situación, a parada en la legislación laboral, se contempla como injusta e improductiva.

    Las ordenanzas laborales y la mayoría de los convenios colectivos vigentes establecen las funciones de la categoría profesional de conductor, circunscribiéndola exclusivamente a las propias de la conducción, pero también definen que esta categoría laboral se aplica a vehículos que precisan el permiso de conducir de la clase C. Para solventar el problema, algunas empresas de limpieza urbana han creado una nueva categoría laboral intermedia entre la de peón y la de conductor que, independientemente de su denominación, queda definida como la del operario que, además de las labores propias de barrido, conduce vehículos para los que sólo se precise el permiso de conducir de la clase B. Si a esta solución legal se une la tendencia a sustituir los voluminosos vehículos de brigada del pasado por equipos más ligeros, con pesos máximos autorizados inferiores a los 3.500 kilos, como preceptúa el nivel de exigencia del permiso de conducir de la clase B, se consigue una buena solución. Este operario se integrará en el equipo de limpieza con una categoría profesional que permitirá volver a utilizar el barrido manual con brigada sin limitación especial respecto a la mano de obra.



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