Dieciséis empresas, entidades y asociaciones de toda Europa han estado detrás del proyecto, financiado por el Séptimo Programa Marco de la Comisión Europea. En Cataluña, la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) ha responsabilizado del desarrollo técnico, en estrecha colaboración con IRIS y el Instituto Superior Técnico de Lisboa y han tomado parte como socios la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) y la Asociación de Plantas de Compostaje de Cataluña. El proyecto reúne industrias dinámicas del sector, asociaciones de compostaje de toda Europa que tienen una capacidad para producir más de 80 millones de toneladas de compost al año, proveedores de tecnología, organismos públicos y grupos de investigación.

Compoball está subvencionado por el programa de Investigación en beneficio de las asociaciones y PYMES, dentro séptimo programa marco de la Comisión Europea. Numerosas empresas del sector del compostaje han mostrado mucho interés por la tecnología Compoball, tanto de Cataluña como de todo de Europa.

El sistema no está aplicado permanentemente en ninguna planta, pero se ha probado y validado en las instalaciones de Torrelles de Llobregat y Manresa y en espacios industriales de Austria, Alemania y los Países Bajos. Los socios industriales del consorcio del proyecto han implementado el sistema en sus instalaciones.

A la presentación del sistema han asistido el Secretario de Medio Ambiente y Sostenibilidad, Josep Enric Llebot, y el director de la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC), Josep Maria Tost. La tecnología Compoball La tecnología Compoball representa un avance relevante en el sector del reciclaje de la materia orgánica y el compostaje, y lo dota de una herramienta inteligente e inalámbrico que permite controlar los parámetros clave durante todo el proceso, como son la temperatura y la humedad, con el objetivo final de conseguir un abono de alta calidad. Además de recoger de forma continua los datos del el estado del compuesto en varios puntos del material, Compoball también las almacena y el operario las puede consultar a distancia sin necesidad de estar in situ en las instalaciones. Por lo tanto, la innovación de la tecnología Compoball radica en la posibilidad de controlar el estado del compuesto a distancia, de forma continua, desde una página web, facilitando la toma de decisiones al operario para obtener un producto de alta calidad.

La gestión de los residuos juega un papel significativo tanto para la conservación del medio ambiente como la valorización económica de los residuos. El proceso de compostaje convierte un residuo en abono. La calidad del producto final depende de manera crítica de parámetros como la humedad y la temperatura a lo largo del proceso y tratamiento del material.

En la actualidad, a nivel mundial no consta la existencia de tecnologías inalámbricas capaces de controlar estos dos parámetros en tiempo real y de manera continua. Con la entrada de Compoball el mercado, la necesidad de poder controlar el proceso de compostaje queda cubierta y el sector obtendrá una materia de mayor calidad y, por tanto, más competitiva. Beneficios ambientales del compostaje En Cataluña existen 17 plantas de compostaje y 4 de digestión anaerobia y compostaje. La planta de Torrelles de Llobregat, gestionada por Metrocompost SL, procesa entre 4.500 y 5.500 toneladas de residuos al año. En funcionamiento desde 1997, da servicio a varios municipios metropolitanos: Begues, Castellbisbal, Corbera, Molins de Rei, Pallejà, Santa Coloma de Cervelló y Torrelles de Llobregat.

En las plantas de compostaje y ecoparques metropolitanos los residuos orgánicos reciben un tratamiento de reciclaje . Gracias a ello, se puede usar la materia orgánica residual procedente de residuos orgánicos municipales y residuos agrícolas para generar un nuevo producto, el compuesto. El compuesto hecho a partir de materia orgánica recogida selectivamente es un abono orgánico útil en agricultura y jardinería, que contribuye a reducir el uso de fertilizantes químicos.

Además, compostar la materia orgánica evita que se le vaya a dar un tratamiento finalista con gran impacto ambiental-deposición controlada o incineración. En las plantas de compostaje se someten los residuos a un proceso de fermentación similar al que se produce en la naturaleza, pero más rápido y controlado. En Cataluña, más de 7 millones de personas disponen del servicio de recogida de la fracción orgánica de los residuos municipales (FORM), cifra que representa, aproximadamente, el 95% de la población. La materia orgánica recogida ha sido el año 2012, de 53kg por habitante.



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