En un primer momento se incluyeron las empresas proveedoras pero, después de la presión realizada a la Comisión, fueron eximidas de toda responsabilidad ante un accidente nuclear, excepto en el caso de un acto intencionado.

"Esta información muestra que la industria nuclear no ha confiado en la seguridad de sus reactores desde el principio del desarrollo de energía nuclear en Japón", ha afirmado Raquel Montón, responsable de la campaña Nuclear de Greenpeace.

La Comisión recomendó eximir a las empresas y hacer que exclusivamente los operadores de las centrales nucleares y el gobierno fueran los responsables de asumir el coste de un desastre, evitando el temor de las empresas proveedoras ante las consecuencias financieras a las que tendrían que hacer frente en caso de accidente. El gobierno aceptó la recomendaciones.

A lo largo de 2013, Greenpeace ha hecho una campaña, con el apoyo de más de 100.000 personas de todo el mundo, para que las empresas que suministran reactores nucleares y sus componentes sean responsables de sus fallos, porque esto les obligaría a ser más exigentes con sus productos y ayudaría en la indemnización a las víctimas.

En Japón, los más de 150.000 desplazados, víctimas de la catástrofe nuclear de Fukushima, todavía son tratados injustamente y no tienen una compensación adecuada. El gobierno, con el dinero público, se ha visto obligado a proporcionar la mayor parte de la indemnización correspondiente a TEPCO, el operador de Fukushima. Las empresas proveedoras, tales como General Electric (GE), Hitachi y Toshiba, que construyeron reactores de Fukushima con el diseño defectuoso del reactor de GE, no han pagado nada para ayudar a las víctimas.

El coste del accidente nuclear en Fukushima es de 250.000 millones de dólares, según el Japanese Centre for Economic Research. Solamente en descontaminación se alcanzaban los 58.000 millones de dólares. Dada la exención en Japón, y el elevado coste de los accidentes nucleares, los proveedores nucleares han seguido exigiendo la exención de la responsabilidad. Por ejemplo, en Canadá, donde tres grandes empresas internacionales que operan en el ámbito nuclear, GE Hitachi (GEH), Babcock y Wilcox y Westinghouse, han presentado solicitudes para quedar exentos de responsabilidad.

"La responsabilidad económica en caso de un accidente nuclear debe estar en manos la industria nuclear, fabricantes, proveedores y operadores,  y no recaer en los ciudadanos", ha concluido Montón.

Mañana, 11 de septiembre, se cumplen exactamente dos años y medio desde el desastre nuclear de Fukushima. Decenas de miles de personas siguen desplazadas de sus hogares, y muchas zonas cercanas a la planta permanecerán inhabitables durante décadas. Los expertos estiman que el desmantelamiento de los reactores afectados tendrán 40 años o más.



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