Convertir residuos cárnicos en biocombustible 

La tecnología que se emplea está basada en la pirolisis, un sistema de degradación térmica que permite obtener de los residuos distintos subproductos, como aceites de alto valor añadido para ser usados como combustibles e, incluso, en la industria cosmética y farmacéutica.

Esta instalación, en la que Greene ha invertido 400.000 euros, se encuentra en fase de pruebas y forma parte del proyecto PILOT-ABP, cofinanciado por la Unión Europea, en el que la empresa con sede en Elche colabora junto la Universidad de Alicante, además de otras compañías y centros de referencia de España, Italia y Dinamarca. A través de esta planta de valorización se pretende desarrollar una tecnología dirigida a la industria que genera residuo peligroso de origen orgánico, como es la industria de la alimentación, y mejorar la rentabilidad del proceso de degradación actual en más de un 20%.

Este nuevo procedimiento de tratamiento de residuos instalado en Greene no solo permitirá mejores rendimientos económicos a las empresas del sector en el tratamiento de sus residuos, sino que también disminuirá el impacto ambiental del proceso y la mejora energética en su procesado.

Durante los próximos meses, los técnicos de Greene realizarán distintas pruebas con el objetivo de obtener un bioaceite que se pueda rentabilizar como combustible o bien como subproducto de valor en el mercado, en el sector de la cosmética o de la alimentación. Además, como productos secundarios del proceso se obtendrá un residuo carbonoso que puede ser recuperado para la generación de energía y una fase líquida que podría ser utilizada como fertilizante.

Las pruebas que se están realizando se basan en el estudio de las condiciones de temperatura y presión que son necesarias para que el residuo cárnico se destruya, la velocidad del procesado, el estudio de la rentabilidad del proceso, etc. El responsable del proyecto en Greene, 

Enrique Aráez Briegas, indica que “el objetivo es tratar los residuos de mataderos e industrias cárnicas de la forma más sostenible posible. Para ello, los desechos son sometidos a una degradación térmica mediante tecnología novedosa, gracias a la que se pueden obtener distintos subproductos, como aceites de alto valor añadido o materiales que pueden ser recuperados para generar energía a través de sistemas de gasificación”.

El proyecto, PILOT ABP, comenzó en 2014 y finaliza en el 2017. El proyecto, desde el punto de vista técnico, ha supuesto el desarrollo de un procedimiento de degradación térmica mediante reactor novedoso en el sector y la construcción física de una instalación con capacidad de procesado de 5 Kg/h. La inversión en I+D realizada por Greene en el proyecto supone una oportunidad para potenciar el tejido industrial tecnológico del país.



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