Pronto, si te ofrecen comerte una bolsa de patatas, podrás hacerlo literalmente. Llegan los bioplásticos, fabricados con recursos naturales, como el almidón, y 100 por cien biodegradables.

Prohibidas y proscritas

En Irlanda, un impuesto grava las bolsas de plástico con 22 céntimos desde 2002. Con esta medida y una campaña de concienciación, su uso cayó un 94 por ciento en cuestión de meses. En un año, todo el mundo se había comprado una bol­sa de tela para utilizarla al hacer la compra. Además, empezó a estar mal visto socialmente llevarlas por la calle, casi tanto como llevar un niño sin sillita en el coche o un abrigo de visón. En Francia e Italia, sus Gobiernos han puesto como límite para el fin de su uso el año 2010, y en Alemania y Suecia han optado por cobrarlas. También tienen prohibido usarlas en ciudades estadounidenses, como Berkeley, Boston y San Francisco. Y en Nueva York se ha obligado a las tiendas que las dan gratis a ocuparse de recogerlas para reciclarlas. También Australia y China están elaborando un plan para evitar su uso. ¿Y aqui?

El almidón al poder

Pues el Gobierno ha diseñado un Plan Nacional de Residuos que está pendiente de aprobación en el Parlamento y en el que se prevé que para 2010 se elimine por completo el uso de las bolsas derivadas del petróleo. De hecho, para 2009 estas tendrían que reducirse ya a un 50 por ciento y, de la otra mitad, el 25 por ciento deberán ser fabricadas con materiales biodegradables. Y es que esta se postula como la mejor solución a corto plazo. Las empresas de plásticos, más por el fin del petróleo que por temas medioambientales, llevan años investigando para crear materiales similares al plástico a partir de productos naturales: los llamados bioplásticos. Parece ser que una de las mejores materias primas para este uso es el almidón. Según Alfonso Biel, director general de Sphere, la empresa que fabricará las bolsas biodegradables que se usarán en la Expo y consejero de ANAIP (Asociación Española de Fabricantes de Tubos y Accesorios Plásticos): Tras muchos estudios hemos llegado a la conclusión de que la patata es la más indicada para este proceso, ya que tiene más producción de almidón por kilo de producto que el cereal, por ejemplo&Quot;. Pero no solo de patata se alimentan los bioplásticos. En Brasil, por ejemplo, se están fabricando a partir de caña de azúcar, y en Estados Unidos la compañía NatureWorks, máximo productor mundial de bioplásticos, apuesta por el ácido poliláctico, extraído de la dextrosa del maíz y que utiliza para la fabricación de plásticos rígidos como el de las botellas de agua. Todos estos materiales tienen evidentemente una ventaja ecológica pero también presentan algunos inconvenientes que todavía están por resolver.

De la patata a la Expo

La fécula se extrae del almidón presente en la patata y, tras su procesado, salen unos gránulos de bioplástico que servirán para fabricar, entre otras cosas, bolsas.

1. Extracción de fécula. Tras el fermentado, la decantación, el tamizado y el refinado de la patata, se extrae la fécula.
2. Mezcla y calentamiento. En un torno se mezcla la fécula con el azúcar y copoliéster. Una vez todos juntos, se calientan hasta formar una pasta.
3. Corte en gránulos. Los espaguetis de pasta que salen del torno se cortan en gránulos y se vuelven a calentar para fabricar las bolsas.
4. Bolsas de la Expo. Con este sistema se han creado las bolsas que se darán en los stands de la Expo de Zaragoza.



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