La inmensa mayoría la población vive en zonas donde se superan los niveles máximos de contaminación del aire que recomienda la Organización Mundial de la Salud y la solución pasa por reducir el tráfico de coches.

La convocatoria de la Semana Europea de la Movilidad se planteó por primera vez el año 2002. Su intención es promover la realización de actividades previas al Día sin Coches (22 de septiembre), con el objetivo de informar, concienciar y dar participación a la ciudadanía en la tarea de mejorar la calidad de vida de las ciudades y áreas metropolitanas. En último término, se trata de reducir el número de coches en circulación y demostrar en la práctica los beneficios que reporta el que los automovilistas dejen el coche en casa.

Hasta la fecha, hay inscritas 368 ciudades españolas, cifra muy por debajo de las que se han sumado en anteriores ediciones, 614 ayuntamientos en 2012, 764 en 2011. Este hecho es una prueba más de la patente pérdida de interés de las administraciones europea, estatal, autonómicas y locales en una iniciativa que cada año ha ido perdiendo fuelle y capacidad reivindicativa.

Efectivamente, hasta hace poco, para poder sumarse a esta Semana de la Movilidad, se exigía a las ciudades que se comprometieran a tres requisitos: organizar toda una semana de actividades; poner en práctica una medida permanente que redujera el uso del coche; y que se participara activamente en el Día sin Coches (22 de septiembre) cerrando al tráfico rodado una parte de la ciudad. Esto ahora se ha convertido en unas meras recomendaciones.

Y sin embargo, el contenido que pretende trasmitir la Semana de la Movilidad es muy pertinente y nos afecta en gran medida. Este año el lema es “Clean air – it¨s your move”, que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha traducido al castellano como “¡Muévete por un Aire más limpio!”, dando a entender en cierto modo que el aire ya está bastante limpio.

No es esa la situación. Los informes que presenta cada año Ecologistas en Acción demuestran como la mayor parte de la población vive en zonas donde se superan los niveles máximos de contaminación del aire que recomienda la Organización Mundial de la Salud (un 94% de la población española en 2011). Esto tiene consecuencias tan contundentes como que 19.940 personas fallecen cada año de forma prematura en el Estado español por esta causa.

Como quiera que la mayor parte de la contaminación del aire proviene del tráfico, resulta obvio que el objetivo de reducir el tránsito de automóviles a motor en nuestras ciudades debería ser una prioridad, y dar más repercusión y énfasis a la Semana de la Movilidad sería una de las maneras de ayudar en este objetivo.



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