Fotografía: Desierto del Namib © Isaac Fernández Galisteo – www.naturalezavision.net

Mañana, 17 de junio, se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, declarado por la Asamblea General de la ONU, a través de su resolución A/RES/49/115, aprobada el 19 de diciembre de 1994.

Lucha contra la Desertificación y la Sequía

El lema para este año 2023 es «Mujer. Sus tierras. Sus derechos».

Las mujeres tienen un interés vital en la salud de la tierra, pero a menudo no la controlan. En todas las partes del mundo, son ellas las que se enfrentan a importantes obstáculos a la hora de garantizar sus derechos sobre la tierra, lo que limita su capacidad para prosperar. En muchas regiones, siguen sometidas a leyes y prácticas discriminatorias que impiden su derecho a heredar, así como su acceso a servicios y recursos.

El problema de la desertificación es uno de los principales retos medioambientales de nuestro tiempo. Si bien, es un fenómeno cuya dimensión es poco conocida y no ha trascendido lo suficiente a la opinión pública para actuar en consecuencia.

Además, se trata de una degradación continua de los ecosistemas de las zonas secas debido a las actividades humanas, como la sobreexplotación de la tierra, que provoca la desaparición de la cubierta vegetal que mantiene la capa fértil del suelo, la minería, el sobrepastoreo, que impide la regeneración de las plantas por el consumo de los animales y provoca la destrucción de la capa superior del suelo, y la tala indiscriminada; además de los cambios climáticos.

Como consecuencia a nivel global, provoca graves impactos para la biodiversidad, la ecoseguridad, la erradicación de la pobreza, la estabilidad socioeconómica y el desarrollo sostenible.

Desiertos

Como biólogo y fotógrafo de naturaleza he documentado varios desiertos a lo largo del planeta, como por ejemplo el desierto del Namib, en Namibia, el desierto del Sáhara, en Marruecos, o el desierto de Atacama, en Chile.

Pero sin duda, el lugar en el que más he podido experimentar los efectos de la desertificación y la sequía sobre la biodiversidad ha sido en el Parque Nacional de Etosha, en Namibia, donde los animales la fauna africana son verdaderos luchadores y supervivientes en época de sequía.

Elefantes, jirafas, antílopes, felinos o rinocerontes tienen que caminar grandes distancias de superficie polvorienta y seca en busca de “waterholes”, únicas charcas de agua en varios kilómetros a la redonda, congregando una gran multitud de estos animales en torno a él.

No permitamos que el Planeta Tierra, con su exuberante vegetación de selvas, junglas y bosques acabe convirtiéndose en una extensa duna global.

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Fuente: Isaac Fernández Galisteo – Técnico de Medio Ambiente de Ambientum



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