Los calamares son ecológica y comercialmente importantes, por lo que este impacto puede tener efectos de largo alcance sobre el medio ambiente marino y las economías costeras, según los investigadores.

¨El calamar está en el centro del ecosistema del océano, es decir, casi todos los animales comen o son comidos por el calamar", dice el biólogo del WHOI T. Aran Mooney, coautor del estudio. "Así que si algo le pasa a estos animales, tendrá repercusiones en la cadena de alimentos y la cadena alimentaria", alerta este investigador.

La investigación sugiere que la acidificación del océano y sus consecuencias son la nueva tónica, ya que los océanos del mundo se han sido acidificando progresivamente durante los últimos 150 años, impulsado por el aumento del nivel de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera. El agua de mar absorbe parte de este CO2, convirtiéndolo en ácido carbónico y otros subproductos químicos que disminuyen el pH del agua y hacen que sea más ácida.

Como los niveles de CO2 siguen aumentando, se estima que la acidez de los océanos aumenta demasiado, afectando potencialmente a las especies que habitan el océano de manera que los investigadores todavía están trabajando para entenderlo. Mooney y Max Kaplan, entonces un estudiante de pregrado de la Universidad de St. Andrews en Reino Unido y ahora estudiante graduado de WHOI, y los científicos de WHOI Daniel McCorkle y Anne Cohen, decidieron estudiar el impacto de la acidificación del agua de mar de calamares.

Durante el verano de 2011, Mooney y Kaplan reunieron machos y hembras del calamar pálido (Loligo pealeii) de las aguas de Vineyard Sound, un entrante del océano Atlántico en la costa Este de Estados Unidos, y los transportaron a un tanque de almacenamiento en el Laboratorio de Sistemas Ambientales de WHOI. Cuando estos calamares se acoplaron y las hembras pusieron sus cápsulas con huevos, cada una de las cuales puede contener entre 200 y 300 huevos fecundados, los investigadores repartieron las cápsulas entre dos tanques más pequeños llenos de agua de Vineyard Sound.

Estos dos tanques más pequeños representan dos ambientes: el océano de hoy y los océanos más ácidos del futuro. Uno de ellos fue expuesto continuamente a aire bombeado desde el exterior, para simular la interacción actual del océano con la atmósfera y el otro recibió aire enriquecido con los niveles más altos de CO2 que provocan un agua de mar cerca de tres veces más ácida, un nivel de acidez que los modelos predicen que será generalizado dentro de cien años.

Los investigadores vieron cómo los huevos eclosionaron y el calamar comenzó a desarrollarse en cada uno de los dos tanques, midiendo su tiempo de eclosión, longitud del cuerpo y otros parámetros sobre el crecimiento. "Sorprendentemente, encontramos efectos o cambios en todos los parámetros, dice Mooney. Los animales criados en grandes cantidades de COtardaron más tiempo en desarrollarse".

Espuestos a depredadores

Los calamares criados en agua de mar más ácida también fueron un 5% más pequeños, en promedio, informó el equipo, y se desarrollaron estatolitos (órganos de cristales de carbonato que permiten a los calamares orientarse mientras nadan) pequeños y deformes. Trabajos anteriores han demostrado que los calamares con malformaciones en los estatolitos pueden nadar en círculos o nadar mal, lo que los deja propensos a morir cuando no pueden escapar de los depredadores o atrapar a sus presas.

El calamar que creció en el agua de mar más ácida formó estatolitos con una estructura cristalina desordenada, degradada, concretó Mooney. "Eso significa que el animal probablemente pasó un momento difícil en el establecimiento de los cristales, afirmó. Parece que no pueden hacer esto de una manera muy ordenada o estándar con alto contenido de CO2, porque las condiciones acidificadas mantienen la disolución del carbonato de calcio que los animales están tratando de poner".

Los resultados sugieren que los calamares son vulnerables a las condiciones ácidas que crean los niveles más altos de CO2 y puede provocar mayores desafíos para su supervivencia si el océano se acidifica como esperan los investigadores. "El hecho de que se encontró un impacto en todo lo que medimos fue bastante sorprendente. Eso significa que el calamar, esta especie clave, puede verse muy afectado por el entorno que estamos cambiando y que va a tener consecuencias", advierte Mooney.

Cambios en el ecosistema

Esas consecuencias podrían incluir cambios significativos en el ecosistema del océano, donde el calamar juega un papel fundamental, así como las pérdidas económicas. El calamar es una fuente de alimento fundamental para muchos peces de importancia comercial, como el atún y la merluza, y son ellos mismos un producto valioso: sólo en 2011, los pescadores estadounidenses cosecharon más de 300 millones de libras de calamar (136.000 toneladas) por un valor de más de 100 millones de dólares (78 millones de euros).

Mooney y sus colegas están planeando estudios adicionales para comprender mejor cómo el calamar puede vivir con el cambio de las condiciones del océano. Los futuros experimentos pueden estudiar diferentes niveles de acidez para determinar cuáles puede tolerar el calamar, así como los efectos de los cambios de temperatura, ya que también se espera un calentamiento del agua de mar en el próximo siglo.

En este sentido, los científicos también esperan observar y medir las diferencias de comportamiento en calamares criados en agua de mar más ácidas para tener una idea más clara de cómo la vida de los animales puede modificarse a medida que el océano a su alrededor cambia.



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