El 30% del gas que la UE importa es ruso y llega a una quincena de países europeos a través de tres grandes gaseoductos: unos 95.000 millones de metros cúbicos diarios por el Nord Stream (desde el norte hacia Alemania) y el Yamal (por Bielorrusia); y otros 175.000 millones por el Soyuz, por Ucrania.
 
Gazprom ha afirmado que suspende el contrato que tiene con Ucrania de venta de gas, hasta que abone la deuda de gas que tiene con Rusia. Tras este anuncio, las bolsas mundiales cayeron masivamente. La escalada de precios del gas y del petróleo es inminente a corto plazo, lo que implicaría el frenazo de los brotes verdes de la economía europea y por tanto la española.
 
A los centroeuropeos no les hace ninguna gracia la elevada dependencia energética por eso se han volcado en la instalación de calderas de biomasa en sus hogares. No quieren pasar un invierno sin calefacción.
 
¿España sin calefacción?
 
España se ha convertido en el primer importador de gas natural licuado de la UE. El coste de nuestras importaciones de gas se ha incrementado un 93% desde 2009 y nuestra dependencia del gas argelino ha pasado del 42% en 2012 al 53% en 2013. Todo esto hace que España tenga un 80% de dependencia energética y del 98% de dependencia de petróleo y de gas, que suman 45.500 millones de euros/año que perdemos.
 
Esta crisis puede que haga más atractiva la entrada de gas procedente de Argelia. Pero recordemos que Bouteflika, Presidente de Argelia de 77 años y enfermo, se enfrenta a unas elecciones en Abril con los islamistas armados. Argelia es un país inestable con alto riesgo de guerra civil que puede hacer a España lo mismo que Putin hizo al resto de Europa: dejarnos en invierno sin calefacción.

La UE tómo nota de los cortes de gas de Rusia y dio un empujón a la diversificación del abastecimiento energético, poniendo a la bioenergía un papel preponderante en la reducción de la dependencia energética del exterior. No así en España.
 
Biomasa, calor seguro 
La biomasa en sus diversas formas: pellets, astillas, hueso de aceituna es un biocombustible renovable y local, y que se produce masivamente en nuestro país. La biomasa se utiliza para sustituir el gas y el petróleo en calderas especiales que generan calor para calefacción, procesos industriales o generar electricidad.
 
España tiene que dejar de depender energéticamente de Argelia y de otros países, y comenzar con la instalación a gran escala de calderas de biomasa porque: 
1. Con el uso de 10 millones de toneladas de biomasa se evita la importación de 20 millones de barriles de petróleo por valor de mas de 1.000 millones de euros/año.
 
2. Se crean 135 puestos de trabajo directos por cada 10.000 habitantes, frente a 9 que se crean con petróleo y gas “natural”. Es decir, por cada puesto de trabajo con los combustibles fósiles, se generan 14 empleos con biomasa. En España se podrían producir 594.000 puestos de trabajo directos con la bioenergía.
 
3. Con una caldera de biomasa, una familia puede ahorrar más de un 50% del gasto de calefacción con respecto a los combustibles fósiles, y con un combustible producido en España que deja el valor añadido en España. Este ahorro en estos momentos de crisis, es clave para hacer más competitivas a nuestras empresas y reducir el capítulo II del gasto corriente de las Administraciones Públicas, liberando fondos para otras gastos productivos para combatir el desempleo.
 
¿Y ahora qué vas a hacer?. Yo no quiero pasar frío. ¿Y tu?



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