Desde hace unos dias, el vertedero controlado de Sogama en Cerceda (A Coruña) acoge la instalación de una pila de combustible tipo SOFC, es decir, de óxido sólido, a fin de ensayar su rendimiento desde el punto de vista energético, ambiental y económico. Esta actuación forma parte de un proyecto europeo de innovación tecnológica ambiental, que cuenta con un presupuesto de 2 millones de euros y una cofinanciación del programa europeo LIFE- Medio Ambiente del 30 por ciento, y cuyo objetivo es demostrar los beneficios que puede proporcionar un sistema de cogeneración con pilas de combustible, utilizando como fuente de energía primaria el biogás procedente de los residuos orgánicos, al tiempo que se testa el diseño de filtros específicos para su purificación y limpieza.

Esta iniciativa, que arrancó hace ahora dos años, todavía permanecerá en vigor hasta marzo de 2009, y contempla el diseño y demostración del funcionamiento de dos pilas de combustible con una potencia de 5 Kw cada una. Mientras que una de ellas ha sido colocada de forma permanente en una planta de gestión de purines porcinos en Soria, la otra, de carácter móvil, será ensayada en vertederos con calidades de gas diferente (de hecho ya ha sido experimentada en Cataluña) a fin de probar la eficiencia y durabilidad en los distintos casos. Ahora le toca el turno al depósito controlado de residuos urbanos en Cerceda, donde la pila permanecerá en torno a 5 meses, período en el que los responsables del departamento técnico de Sogama, y más concretamente el área de I+D+i, estudiarán y seguirán muy de cerca su funcionamiento, apoyados y asesorados en todo momento por personal del Instituto Energético de Galicia (INEGA).

CARACTERÍSTICAS DEL EQUIPO

El equipo está formado esencialmente por un biofiltro, cuya función es la de eliminar sulfuro de hidrógeno y siloxanos presentes en el biogás a fin de que éste resulte apto para la alimentación de la pila; y una pila de combustible SOFC, con una potencia de 5 kW. Los elementos principales de ésta podrían ser comparados con los de una batería, consistiendo en dos electrodos (ánodo y cátodo), separados por un electrolito. La diferencia fundamental entre ambas consiste en que, en el caso de la pila, el agente oxidante y el combustible son suministrados continuamente a los electrodos en el mismo momento en el que se produce la energía. Así, mientras que la pila de combustible es un generador, la batería es únicamente un elemento de almacenamiento de energía.

La elección de este tipo de pilas, a instalar por primera vez en Europa, obedece a que éstas tienen una eficiencia eléctrica de aproximadamente el 50-65 por ciento y pertenecen al grupo de las denominadas pilas de temperatura alta, ya que éstas operan sobre los 1.000 ºC. Es por ello que son especialmente aptas para ser alimentadas por gas natural o biogás, ya que el proceso de reformado, es decir, la conversión de metano a hidrógeno, es interno (el calor del proceso de la pila se puede usar directamente dentro del sistema para dicha conversión, posibilitanto la alta eficiencia en la misma). Por el contrario, en el caso de las pilas que operan a temperaturas más bajas, requieren un reformado externo, lo que significa que es necesario invertir energía adicional en el proceso, menguando así la eficiencia energética total.

El biogás permite alimentar la pila SOFC para producir electricidad y calor de forma eficiente, que puede ser utilizado directamente para cubrir la demanda energética de los procesos que se llevan a cabo en las propias instalaciones con unas emisiones insignificantes de óxidos de nitrógeno (NOx), y óxidos de azufre, (SOx), evitando al mismo tiempo las emisiones de metano, ya que éste es consumido por la propia pila como combustible. Con ello se reduce el impacto ambiental, dando solución a problemas asociados a la seguridad, coste y disposición de RU, y los derivados de la industria agroalimentaria. Entre los beneficios que aporta el empleo de pilas SOFC, cabría destacar la mejora de la eficiencia eléctrica, hasta un 42 por ciento, la mejora de la eficiencia global (calor y electricidad) hasta un 85 por ciento (frente al 80 por ciento de eficiencia máxima que alcanzan los motores de combustión de menor tamaño), y la mínima producción de contaminantes, comparado con los niveles generados en motores de combustión o microturbinas.

Una vez se disponga de los resultados finales de la investigación, la pretensión es extender el uso de estas pilas de combustible a sistemas de cogeneración en industrias con necesidades energéticas (térmicas y eléctricas) importantes.

Además de la Sociedade Galega do Medio Ambiente y el Instituto Energético de Galicia, el proyecto agrupa a entidades de gran proyección nacional e internacional tales como Profactor (Austria), Protecma Energía y Medio Ambiente, Kompetenz-und Innovationszentrum Brennstoffzelle der Region Stuttgart KIBZ (Alemania), Biogás Fuell Cell, Hera Amasa, y la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y Leon.

VISITA DE MIEMBROS DE LA COMISIÓN EUROPEA

Responsables del programa Life- Medio Ambiente de la Comisión Europea, han visitado recientemente la pila de combustible instalada en el vertedero controlado de Sogama en Areosa a fin de comprobar su puesta en marcha. Aprovechando la ocasión, tanto éstos como los miembros de las distintas empresas que colaboran en el proyecto, mantuvieron un encuentro con el presidente de esta Sociedad, José Álvarez, quien durante un tiempo representó a España en el Comité Life, mientras prestaba sus servicios en el Ministerio de Medio Ambiente. En estos momentos la Comisión Europea vela por que los proyectos tengan vida después del Life y que busquen su sostenibilidad, hayan conseguido de forma total o parcial los objetivos de los mismos. La particularidad de la pila de combustible Sofc que nos ocupa es, según el lider del proyecto, Hera Amasa, que ha sido muy ambicioso, siendo objeto de un I+D superior al previsto.



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