Greenpeace cree que “estas subvenciones son un parche que no evitará la desaparición de un sector no competitivo como el carbón”. Continúan diciendo que “perjudica al medio ambiente y a la lucha contra el cambio climático”, además “no favorece la creación de empleo”.

Por estos motivos, la asociación ecologista ha presentado una serie de alegaciones ante el Consejo Consultivo de Electricidad de la Comisión Nacional de Energía. Ésta es la que tiene que emitir un informe a favor antes de que se pueda aprobar el decreto.

Dilema frente al Cambio Climático

“El carbón es el mayor responsable del cambio climático, y no se puede pretender defender el clima y subvencionar el carbón al mismo tiempo”, apuntó José Luis García Ortega, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.

Bases del rechazo ecologista

Entre los argumentos ecologistas para esta protesta frente al carbón están las emisiones de CO2. Según estimaciones de Greenpeace, se emitirán 25 millones de toneladas de CO2 como resultado de la máxima producción de las nueve centrales térmicas.

Otro punto es que para los ecologistas, la prima del carbón “perjudica a las energías renovables”. Esto sería así puesto que “la entrada forzada de kilovatios procedentes de las térmicas de carbón nacional, hará menos flexible el sistema eléctrico en su conjunto”, apuntan desde la organización.

Por último, opinan que “no defiende el empleo”, puesto que en lugar de proteger los 89.000 puestos de trabajo en renovables, Greenpeace cree que “el decreto no logrará evitar la desaparición de los 8.000 empleos de la minería del carbón”. Esta respuesta está basada en el informe de Greenpeace Trabajando por el clima, cuya conclusión es que “por cada empleo que se pierda en el carbón, la Revolución Energética crea tres nuevos empleos en energías renovables”.



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