Estas premisas se sustentan en actuaciones encaminadas a reducir el consumo energético un 17%, aumentar el uso de las renovables hasta el 14% de la demanda de energía primaria y potenciar el gas natural como energía de transición sustitutiva del petróleo. Para ello se prevé movilizar inversiones por valor de 10.710 millones de euros.

Las nuevas directrices de la Estrategia Energética impulsará un desarrollo energético sostenible a través de medidas y actuaciones enmarcadas en tres grandes áreas: el ahorro energético, incrementar el aprovechamiento de las fuentes renovables y el uso del gas natural, así como potenciar el sector industrial vasco de la energía como tractor de competitividad, empleo y riqueza para Euskadi.

Los objetivos establecidos son muy ambiciosos, ya que pretende obtener un ahorro energético de hasta el 17%, incrementar en un 87% el aprovechamiento de las fuentes renovables, aumentar al 50% el uso del gas natural como fuente de energía de transición, e introducir un 15% de energías alternativas al petróleo en el transporte.

Objetivos 3E2020

La eficiencia energética es uno de los pilares fundamentales de la 3E2020. Se pretende alcanzar un ahorro energético para el año 2020 de 1.050.000 tep/año (toneladas equivalentes de petróleo), lo que supone recortar la demanda de energía en un 17% respecto a la tendencia alcista en el consumo. A su vez, la intensidad energética, es decir, la cantidad de energía consumida para producir una unidad de riqueza, se verá reducida en hasta un 22% para generar la misma cantidad.

Cabe señalar, además, que esta reducción del consumo tendrá un impacto notable en la reducción de la factura energética de los consumidores. Se estima que serán entre 4.000 y 5.000 millones de euros ahorrados en 10 años para los sectores consumidores. Esto supone una notable renta liberada.

El petróleo y la reducción de su consumo son un segundo foco de atención, buscando la desvinculación del mismo en el sector transporte, del que a día de hoy depende en más de un 95%. Para ello se prevé la introducción de energías alternativas en el transporte por carretera en hasta un 15% y el impulso del vehículo eléctrico con 37.100 unidades en el mercado en 2020.

El incremento de las fuentes energéticas renovables es otra de las prioridades, con actuaciones tendentes en incrementar en un 87% el aprovechamiento actual, lo que significa incrementar la cuota de renovables en el consumo final del 8% actual al 14%. Para ello, en el medio plazo será necesario centrarse en tecnologías maduras como la biomasa y la eólica, aunque sin olvidar la apuesta por el largo plazo y las energías marinas y la eólica marina. Como visión a largo plazo el reto será alcanzar un 30% de renovables en 2030.

En cuanto al a producción eléctrica, el objetivo es aumentar la participación de la cogeneración y las renovables en generación eléctrica, de forma que alcancen el 22% y 16% respectivamente.

El gas natural es otro de los pilares de esta estrategia. El Gobierno aboga por reforzar los sistemas de aprovechamiento de esta fuente energética sustitutiva del petróleo, y que supone una transición más limpia hacia la mayor generalización de las fuentes energéticas renovables. Los esfuerzos se encaminarán a aumentar su participación en el mix energético desde el 42% actual hasta el 50%, ampliar las infraestructuras de almacenamiento y transporte de gas, así como analizar la viabilidad técnica, económica y ambiental de las potenciales reservas de gas natural propio en la Cuenca Vasco Cantábrica.

Todo ello, producirá una significativa reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera. El objetivo es reducir en el año 2020 2,5 millones de toneladas de CO2 anuales, es decir, un 18% menores que las registradas en el año de referencia 2005.

Tecnología

Uno de los aspectos más novedosos de esta Estrategia Energética supone el desarrollo tecnológico e industrial. Una nueva área de actuación preferente y diferenciada, que será una contribución adicional al desarrollo energético sostenible, al empleo y el crecimiento de la sociedad. Supone una fuerte apuesta de futuro con Euskadi como polo tecnológico, referente internacional en tecnologías energéticas y que apuesta decididamente por potenciar las empresas del sector tecnológico energético vasco.

El sector energético alcanzó una facturación de 15.469 millones de euros en 2008 y da empleo en Euskadi a 24.400 personas0, superando las 1.900 personas dedicadas a la I+D en diversos campos energéticos. El sector está apoyado por una robusta infraestructura tecnológica integrada por las corporaciones tecnológicas Tecnalia y IK4, el CIC energiGUNE (enfocado a la investigación básica en almacenamiento de energía), las Universidades del País Vasco (UPV-EHU), Deusto, Mondragón y Tecnum, así como una decena de unidades de I+D de los principales grupos empresariales.

Se pretende impulsar la cooperación y el crecimiento de las empresas vascas en 8 áreas tecnológicas prioritarias que tendrán a la electricidad como nexo común. El objetivo es incrementar en 5 años la inversión en I+D de las empresas del sector energético, para pasar de los 189 M€ actuales a los 300 M€ en 2015.

Para ello la estrategia prevé actuaciones concretas para consolidar empresas tractoras vascas, como son las empresas vascas de referencia internacional en materia de redes inteligentes, energía eólica y plantas de energía solar termoeléctrica de concentración.

También se prevé generar conocimiento en nuevos ámbitos emergentes, como el almacenamiento de energía y la energía undimotriz, para lo cual se cuenta con centros de investigación referentes como el CIC energiGUNE y el bimep (Biscay marine energy platform), este último en fase de instalación a día de hoy. El almacenamiento energético será clave para el futuro desarrollo masivo de las fuentes energéticas renovables. Por otro lado, la energía marina ofrece unas excelentes perspectivas de aprovechamiento en el largo plazo, lo que requiere de investigación de dispositivos eficaces para su captación.

Y en tercer lugar, se buscarás aprovechar la oportunidad de las inversiones energéticas para desarrollar nuevas empresas y servicios en los campos de la electrificación del transporte, las empresas de servicios energéticos y el gas no convencional.

Inversiones

La Estrategia Energética supondrá inversiones por valor total de 10.710 millones de euros. Concretamente las medidas energéticas en todos los sectores de actividad ascenderán a 7.890 M€ y las inversiones de I+D de desarrollo tecnológico 2.820 M€. Las Administraciones públicas aportarán 1.770 millones de euros (un 16% del total) en ayudas para contribuir con las inversiones requeridas para desarrollar los proyectos. Y también realizará inversiones para promover la renovación energética de sus edificios e instalaciones, mediante la mejora de la eficiencia energética y la potenciación del uso de las renovables.

El impacto de la inversión en la sociedad vasca tendrá notables retornos. Se estima que el 61% de la inversión requerida será atendida a través de bienes y servicios producidos por empresas vascas. Esto supone un impacto equivalente al 1,6% del PIB vasco, y el mantenimiento de 14.150 empleos anuales. Junto a ello, se estiman otros beneficios indirectos en materia de recaudación fiscal de las Haciendas superior a los 2.824 millones en el periodo 2011-2020.



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