Ambas firmas han desarrollado un dispositivo que mejora hasta en un 10% el rendimiento de los inversores fotovoltaicos y que hace prácticamente nulo el riesgo de caída del sistema eléctrico motivado por instalaciones fotovoltaicas.

La disponibilidad de las energías renovables depende de las condiciones meteorológicas del emplazamiento de la planta, pero el sistema eléctrico, su normativa y procedimientos, están diseñados para una generación convencional, predictible y síncrona, sin saltos ocasionados por el cambio de las condiciones meteorológicas.

La imposibilidad de predecir los saltos de la red y la proliferación de las instalaciones renovables han incrementado los problemas de operación de la red y la preocupación del operador del sistema (Red Eléctrica de España, REE), puesto que se ha elevado la inestabilidad de la red por la aleatoriedad en la producción de estas fuentes de energía.

Por este motivo, REE ha incrementado las exigencias en los requisitos técnicos de conexión a red de las instalaciones eólicas y fotovoltaicas instaladas a partir de 2010. La normativa de REE regula el comportamiento de las plantas ante un fallo de la red y exige también una serie de condiciones para mejorar la gestionabilidad de la potencia inyectada. Según el RD1565/2010, todas las instalaciones o agrupaciones fotovoltaicas con una potencia instalada superior a 2MW estarán obligadas a soportar los huecos de tensión a partir de octubre de 2011, aunque esta fecha se puede retrasar algunos meses. En España, existen 434 instalaciones con potencia instalada superior a 2MW y todas ellas suman un total de 1.681 MW.

La mayoría de las instalaciones fotovoltaicas ya instaladas no cumplen el requisito de huecos de tensión, por lo que es necesario adaptar los equipos de la forma más eficiente y con menor coste.

Las inestabilidades en las redes de distribución generan unas faltas de tensión del orden de milisegundos, esto es, unos huecos de tensión que hacen saltar las protecciones y que los inversores dejen de trabajar. Esto plantea un problema que obliga a cortar la producción eléctrica y que tiene un impacto económico significativo en los ingresos por dicha producción, además de plantear graves problemas de mantenimiento. Asimismo, las inestabilidades en la red hacen que la tensión supere unos umbrales de seguridad, lo que plantea problemas de corte de las protecciones y, en ocasiones, puede destruir los equipos de la instalación fotovoltaica. También tiene consecuencias negativas para el mantenimiento de las plantas: aumento de costes, alteración de la organización y la logística, degradación de los dispositivos y reducción de la facturación mensual de la producción.

Colaboración de la Universidad de Sevilla

Los equipos desarrollados por Greenpower en colaboración con Irradia se encargan de que el inversor fotovoltaico no detecte el hueco de tensión en la red. Para ello, se conectan con el inversor de la instalación y hacen de interfaz entre éste y la red, de forma que restauran la calidad de ésta y consiguen que el hueco de tensión no afecte a la instalación. En el proyecto, colabora el grupo de investigación de Tecnología Electrónica de la Universidad de Sevilla.

En opinión de Irradia y Greenpower, el futuro de los casi 90.000 kilómetros cuadrados de megavatios fotovoltaicos instalados en España pasa por optimizar su producción y adaptarse a las nuevas normativas. Andalucía goza de una situación privilegiada en cuanto a recurso solar, con una radiación media de 4,75 Kwh/metros cuadrados al día. El objetivo comunitario es ampliar el peso de las energías renovables en la estructura de energía primaria al 20% para 2020 y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en un 20% como mínimo respecto a 1990, lo que sitúa a la energía solar en una posición relevante.



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