El objetivo es avanzar hacia un marco político claro sobre eficiencia energética que proporcione a los inversores seguridad y estimule la investigación y el desarrollo en el campo de la eficiencia energética y las tecnologías con baja emisión de carbono.
 
Actualmente se prevé que la UE conseguirá un ahorro energético de entre el 18 % y el 19 % en 2020. Si bien estas cifras son inferiores al objetivo del 20 %, lo cierto es que el camino recorrido hasta ahora en cuanto a eficiencia energética ya está dando frutos. Por ejemplo, la introducción de requisitos de eficiencia energética en las normas de construcción de edificios nuevos ha logrado que consuman la mitad de energía que los que se construían en la década de los ochenta. En paralelo, la mayor eficiencia de los electrodomésticos permitirá a los consumidores ahorrar 100 000 millones de euros al año en electricidad en 2020. Los Estados miembros se han comprometido a instalar antes de 2020 cerca de 200 millones y 45 millones de contadores inteligentes de luz y gas, respectivamente, con los que se reducirá aún más la factura energética de los consumidores.
 
El marco de eficiencia energética de la UE existente ha demostrado ser un motor de la innovación y el crecimiento económico para las empresas europeas. La eficiencia energética impulsa la competitividad y crea mercados en los que comerciar con electrodomésticos eficientes y de gran valor añadido y tecnologías descentralizadas de gestión energética.
 
Según la Comisión, el ahorro energético logrado de cara a 2020 se debe a la legislación europea introducida mediante, por ejemplo, la Directiva sobre la eficiencia energética de los edificios y las normativas referentes a las características de los productos así como al aumento de la financiación disponible mediante programas como Horizonte 2020. No obstante, resulta necesario contar con un marco que se prolongue más allá de 2020.
 
El objetivo propuesto del 30 % se apoya en los logros ya conseguidos y la Comisión calcula que para alcanzarlo será necesario aumentar en 89000 millones de euros al año las inversiones en eficiencia energética, financiación que deberá proceder sobre todo de fuentes privadas, lo cual será promovido por los instrumentos de financiación de la UE. Por ejemplo, para el periodo de 2014 a 2020 se dedicarán cerca de 2000 millones de euros a este ámbito, en concreto mediante el apartado dedicado a la eficiencia energética en el reto de la sociedad «Energía segura, limpia y eficiente» de Horizonte 2020.
 
La Comisión confía en que este aumento previsto de la eficiencia energética logrará, entre otros resultados, reducir la factura energética anual en unos 53000 millones de euros para 2030. Además mejorará la seguridad del abastecimiento energético, creará empleo y fomentará la competitividad de la industria europea al destinar el dinero de las importaciones de energía a inversiones en dispositivos, automóviles y renovaciones de inmuebles con mayor eficiencia desde el punto de vista energético.
 
Günther H. Oettinger, vicepresidente de la Comisión Europea responsable de Energía, declaró: «Nuestra propuesta constituye la base para hacer que la UE avance hacia un aumento de la seguridad del suministro, la innovación y la sostenibilidad de un modo asequible. […] La estrategia de eficiencia energética completará el marco de 2030 relativo a la energía y al clima […]. Nuestro objetivo es dar la señal correcta al mercado y fomentar nuevas inversiones en tecnologías de ahorro energético para beneficiar a las empresas, a los consumidores y al medio ambiente». 



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