
No, no es una errata. La mejora de la CAI –Calidad del Aire Interior– contribuye a la descarbonización. Cuidar el aire que nos rodea en los espacios interiores aumenta la productividad, y reduce el absentismo, los costes médicos y los hospitalarios… y su huella de carbono asociada.
Secuelas en las escuelas
El 30% del tiempo de vigilia de un niño pasa en centros educativos.
La conferencia IAQmatters (juego de palabras: “asuntos de la CAI” o “la CAI importa”), organizada por Eurovent y apoyada por AFEC -Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización–, reunió recientemente en Londres a los más relevantes expertos y autores de estudios científicos sobre los efectos de una ventilación deficiente y la mala calidad del aire en centros educativos. Además, participaron especialistas en salud pública de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, profesores del ámbito académico europeo, investigadores, representantes empresariales, etc.
Bajo el lema “Respirando logros dentro de cada aula”, se abordaron las secuelas en la salud de profesores y alumnos derivadas de una mala calidad de ambiente interior (IEQ Indoor Environmental Quality), que no solo se refiere al aire, sino también al confort térmico, lumínico y acústico.
No es cuestión de provocar pánico, pero sí alerta. La pandemia debe quedar atrás, pero no debe ser olvidada. Se destacaron efectos negativos en el rendimiento académico y el absentismo, además de impactos nocivos en la salud debidos a elementos como:
- NO2: tos irritativa, respiración sibilante, disminución de la función pulmonar.
- O3: tos irritativa, disminución de la función pulmonar.
- PM2.5: tos irritativa, inflamación de las vías respiratorias, desarrollo cognitivo más lento, aumento de los síntomas del asma.
- PM10: rinitis alérgica de por vida.
- VOC: tos irritativa, respiración sibilante, síntomas nasales, mayor riesgo de síntomas asmáticos, rinitis alérgica, desarrollo neuropsíquico, carcinogénico.
- Moho: irritación de ojos y garganta, dolor de cabeza, problemas de concentración, mareos.
Conexiones, que no conectividad
Nuestra salud depende más a veces de nuestro código postal, que de nuestro ADN.
No hablamos de la conectividad digital, sino de las conexiones físicas, relacionales y humanas que deben tenerse en cuenta para la definición de la metodología, el ámbito de los estudios y el procedimiento y muestreo para realizarlos.
El estudio de la CAI en interiores de colegios debe inevitablemente conectarse con la calidad ambiental de su código postal, del clima de la zona geográfica y la humedad, de la proximidad a zonas de mayor contaminación (industriales, tráfico intenso), entre otros factores.
Estudiar el estudio
El equilibrio entre la lista de deseos y los recursos disponibles es imprescindible.
Para evitar que un estudio se utilice para concluir lo que se quiera (o lo que se pague…), es crucial analizarlo previamente con rigor y metodología científica.
Aspectos como las características del edificio (edad, diseño, orientación, mantenimiento, instalaciones térmicas y de climatización, limpieza de espacios, etc.), ocupantes (hay diferencias entre niños pequeños, adolescentes o estudiantes/profesores adultos), condiciones medioambientales, impacto de políticas de cambio climático y tipo de ventilación son clave para obtener resultados fiables.
También es importante detallar, entre otros,
- Cómo se define absentismo, cómo se mide el rendimiento escolar.
- Y qué parámetros deben monitorizarse y controlarse, para la fiabilidad de los resultados.
Diseñar el “cojo-proyecto” de investigación es más sencillo sobre el papel que llevarlo a la vida real, que obliga a un compromiso entre los objetivos buscados, la fecha límite de realización y los recursos (disponibilidad de personas, tiempo y dinero). Por ello es preferible, según los expertos, delimitar muy bien alcance del proyecto para ajustar y optimizar los recursos.
Abrir ventanas para cerrar “puertas”
La ventilación natural no es suficiente en la mayoría de los casos.
El CTE (Código Técnico de la Edificación) exige para nueva construcción una renovación de caudales de aire que implica la instalación de ventilación mecánica. Además, existen criterios de calidad de aire interior más exigentes en el caso de centros educativos u hospitalarios, por ejemplo, que para hogares. Si esto es lo necesario para obra nueva, debería ser el objetivo, cuando sea posible, para el parque existente.
Pero la tradicional apertura de ventanas para ventilar “como se ha hecho toda la vida” parece cerrar la puerta de la conciencia, y frena la toma de decisiones que aseguren que el aire de interiores se renueve con la frecuencia adecuada, y que en escuelas dependerá del tamaño del aula, el número de alumnos, la actividad, etc.
Por cierto, los purificadores de aire, (siempre certificados y homologados, según normativa, como el resto de equipos) complementan y mejoran , pero nunca sustituyen la acción de la ventilación mecánica, .
MA-MA-MA:
Mide y Actúa – Monitoriza y Asegura – Mejora el Aire.
Como ya sabemos que no podemos mejorar sin medir, es necesario que los centros educativos inviertan y se familiaricen con medidores de parámetros que indican la CAI (niveles de concentración de CO2, VOC o partículas orgánicas volátiles, y que formen al profesorado, instruyan sobre los límites aceptables y no aceptables, asignen responsables y tiempos de lecturas, así como la actuación consecuente en caso de que no exista una instalación de ventilación mecánica y haya que abrir ventanas de manera manual, etc.
Estos medidores deben ser, insistimos, homologados y certificados.
Co-beneficios para la salud en la transición hacia el Net Zero
Sí, se puede ventilar mecánicamente de manera energéticamente eficiente.
Una buena CAI contribuye a reducir la huella de carbono asociada a servicios médicos por el impacto en la salud. Para demostrar que el entorno Net-Zero influye positivamente en el ámbito a-CAI-démico, se va a realizar un nuevo proyecto de análisis del impacto en el aprendizaje de adolescentes en entornos net cero.
Además, la modelización digital permite evaluar el ahorro energético en el control térmico –cerrando ventanas, por ejemplo, gracias a un sistema eficiente de ventilación mecánica controlada (VMC) se puede mantener el confort térmico y evitar la necesidad de abrir ventanas innecesariamente.
El principio de “la eficiencia energética es lo primero” parece perder esa posición ante otra prioridad: “la salud es lo primero”. Aunque…en realidad, van de la mano.