Un futuro sostenible ya no es una utopía. Poco a poco, el aberrante desequilibrio entre consumo y deshechos va quedando atrás y los sistemas de producción abrazan el cuidado del medio ambiente en todos los sectores en detrimento de la antigua regla de tres: comprar, usar y tirar. El nuevo modelo de economía circular permite optimizar la vida útil de productos y materiales para reducir la huella ambiental. En esto, el sector de la construcción no se queda atrás y está fijando los pilares de un nuevo proceso evolutivo del escenario arquitectónico.

Residuos de construcción y demolición (RCD)

Un tercio de los desechos mundiales corresponden a residuos de la construcción. Los restos generados durante el proceso de extracción de la materia prima, la producción de materiales, la materialización de la obra y el desmantelamiento tras su período útil generan una masa ingente de  residuos de construcción y demolición.

En total, más de 2.000 millones de toneladas de residuos de construcción y demolición (RCD) anuales. Una inadecuada gestión de residuos basada en el abordaje de los materiales en función del resultado económico en detrimento del impacto contaminante sobre personas y medio ambiente.

Procesos de producción obsoletos

La gravedad de perpetuar este tipo de sistema de construcción arquitectónico hace necesaria una alternativa viable que contemple un ciclo vital completo de materiales de buena calidad que permitan su reutilización tras el desmantelamiento de estructuras.

Una correcta gestión de los residuos de construcción y demolición genera un ahorro significativo al adoptar políticas de recuperación y reutilización, además de procurar beneficios medioambientales. Y ese modelo de gestión tiene nombre: se llama economía circular.

¿Qué es la economía circular?

Economía circular es una alternativa al concepto económico lineal actual que propone el aprovechamiento y el mantenimiento útil en circulación durante el mayor tiempo posible de materiales, recursos, productos y estructuras, así como la reutilización de aquellos que no pueden retornar al medio ambiente.

Se trata del servicio frente al producto. La minimización de nuevas materias y la reducción de residuos gracias a un sistema circular, cerrado y sostenible.

Las 3 “R”, el pasado de la sostenibilidad

Durante mucho tiempo se repitió el mantra de reciclaje. De ello, nació el concepto de “Reducir, Reutilizar y Reciclar” para, posteriormente, acuñar una nueva tendencia: “Recuperar”. Aunque se trata de una conducta sostenible, tan solo supuso el inicio de la verdadera necesidad de sanear los protocolos.

La actualización de productos, artículos y construcciones, su reparación y rehabilitación, permite anular la necesidad de una nueva fabricación, reduciendo así la contaminación y los residuos.

Nuevas iniciativas en la gestión de recursos: economía circular

La nueva visión de la sostenibilidad apuesta por un modelo dual que distingue entre el ciclo tecnológico y el biológico para conseguir una economía regenerativa con afán recuperador que sirva de saneamiento al declive medioambiental.

Y es ahí donde interviene la economía circular:

  • En un desarrollo positivo basado en la preservación de la riqueza natural, el control de los bienes finitos y el uso equilibrado de los recursos renovables.
  • En la optimización de los recursos, materiales y estructuras y su rotación, aprovechando al máximo los ciclos técnicos y biológicos.
  • Para fomentar un sistema más eficaz eliminando los aspectos negativos de los anteriores.

La economía circular en arquitectura

Una vez sometidos a la mínima expresión los residuos, consumos y emisiones, el siguiente objetivo es reducir el propio impacto medioambiental de la construcción, es decir, diseñar edificios que puedan ser reutilizados, desmontados y aprovechados.

La arquitectura circular nace de la economía circular para diseñar nuevos edificios bajo criterios de sostenibilidad en los que se busque la máxima eficiencia y desaparezcan los residuos. Hoy en día una casa sostenible es un modelo de construcción cuyos sistemas productivos se alimentan a sí mismos y reducen al máximo la gestión de residuos no re-incorporables al medio ambiente como a la necesidad de nuevas materias primas.

Requisitos de la arquitectura circular en la arquitectura

Cumplir los criterios de la economía circular aplicada a la arquitectura requiere contemplar una serie de aspectos obligatorios, como:

  • Un diseño flexible que permita una construcción capaz de ser sustituida o desmontada sin generar residuos ni deteriorarse, pudiendo ser convertido en otro recurso o ser reutilizada.
  • Así mismo, este diseño flexible debe permitir la sistematización de sus partes, pudiendo contemplarse secciones como la estructura, las instalaciones, el espacio interior, el mobiliario, la cobertura envolvente y la parcela de forma que su mantenimiento o recambio sea independiente del resto de la construcción.
  • La arquitectura circular contempla el uso de material, fabricación y construcción sin componentes tóxicos o contaminantes que impidan su reutilización total.
  • Es por ello que los recursos utilizados deben reunir unas características y especificaciones técnicas determinadas y sostenibles.
  • Esos recursos, así como la metodología utilizada durante la construcción, deben cumplir los requisitos renovables y de sostenibilidad exigidos por ley.
  • Además, se da prioridad a las estrategias de alquiler de materiales, productos y sistemas para la instalación, reparación, mejora, sustitución y reciclaje de las partes.

Un modelo de futuro

La economía circular aplicada a la arquitectura aún tiene un largo camino para su total implantación, pero conocer sus particularidades y empezar a aplicarlas permitirá ganar tiempo al tiempo y contribuir a un futuro mejor.

Fuente: Ambientum,



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