El investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Carlos Duarte ha participado en un estudio internacional liderado por la Universidad de Iowa (EE UU) que ha descubierto que los estanques o balsas agrícolas en todo el planeta retienen tanto CO2 como los océanos, y, junto a los lagos, de 20 a 50 veces más cantidad de dióxido de carbono por metro cuadrado que la que captan los bosques.

Las balsas agrícolas secuestran unos 150 millones de toneladas de carbono al año, una cantidad similar a la que se acumula en los sedimentos oceánicos que, a su vez, los ríos y cerca de una tercera parte de la cantidad de CO2transportan al océano.

Los ecosistemas acuáticos juegan un rol desproporcionadamente grande en el balance global de carbono. A pesar de que se haya pasado por alto en el pasado, estos pequeños conjuntos de agua son importantes porque absorben carbono a alta velocidad y hay muchos más de los que previamente se creía.De este efecto combinado resulta que las balsas agrícolas pueden secuestrar cada año tanto dióxido de carbono como los océanos , comenta Duarte.

Los estanques agrícolas retienen el CO2 mediante su absorción a través de las algas y las plantas que captan dióxido de carbono mientras crecen. Una vez muertas, el CO2queda almacenado en los sedimentos.

El estudio, publicado en el último número de Global Biogeochemical Cycles, ha calculado que existen 304 millones de lagos naturales y balsas agrícolas en el mundo, que cubrirían 4,2 millones de kilómetros cuadrados, el doble de lo que se creía hasta ahora.



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