Incremento significativo de oxidantes en Madrid

Según los datos de la red de vigilancia de la calidad del aire, en el periodo 2007-2014 la ciudad de Madrid ha experimentado una disminución de entre el 20 y el 40% en dióxido de nitrógeno, objetivo principal de las políticas de reducción de la contaminación.

Sin embargo, científicos del grupo de Tecnologías Ambientales y Recursos Industriales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y otros centros españoles han comprobado que también se ha producido durante esos años un incremento en la concentración de los niveles de ozono (O3), de entre el 30 y el 40%, así como en las concentraciones de los radicales hidroxilo (OH-) y nitrato (NO3-): hasta el 70% y el 90% respectivamente.

Estas tres moléculas son las principales responsables de la oxidación de los contaminantes orgánicos e inorgánicos de la atmósfera, lo que puede afectar a la calidad del aire así como a la salud ambiental y el clima. Estos resultados, que se publican en la revista Scientific Reports, indican la necesidad de seguir analizando de manera global los impactos de las estrategias de promoción de la mejora de la calidad del aire.

Esta investigación demuestra que, además del incremento de O3 observado, la reducción de emisiones de óxidos de nitrógeno (NOX) en un periodo relativamente corto podría haber causado el fuerte aumento de concentración de radicales de OH- y NO3-, generando así un rápido y dramático aumento de la capacidad oxidativa de la atmósfera en Madrid.

Los resultados indican que las políticas de reducción de la contaminación pueden contribuir a la mejora de la calidad del aire de sustancias reguladas legalmente, como el NO2, pero pueden modificar sustancialmente la composición y comportamiento fotoquímico de la atmosfera.

En opinión de Rafael Borge, uno de los investigadores del estudio, “estos resultados indican la necesidad de seguir analizando las implicaciones sobre otros contaminantes, por ejemplo el material particulado, e indican que es fundamental estudiar bajo una visión amplia los posibles impactos de estrategias para promover la mejora de la calidad del aire de Madrid”.

Según los autores, la variación en la concentración de los principales oxidantes tiene implicaciones directas, que pueden ser negativas como el incremento de concentración del ozono troposférico, que es un compuesto nocivo para la salud de las personas y la vegetación y además tiene cierto efecto como gas invernadero. Pero por otro lado, esa variación también afecta a algunas sustancias y reacciones atmosféricas relacionadas con el aerosol atmosférico. Dependiendo de la concentración y combinación de distintos precursores, el efecto puede ser positivo.

"Hemos visto que el cambio observado puede favorecer la desnitrificación de la atmósfera y reducir el depósito de ciertas especies, lo que sería beneficioso de cara a la eutrofización y acidificación de entornos periurbanos. La concentración y composición del aerosol está directamente relacionado con el balance radiativo y por tanto, tiene efectos sobre el clima pero este aspecto aún no lo hemos evaluado", apuntan los autores, que destacan la importancia de seguir estudiando las complejas relaciones entre los distintos elementos de este sistema.



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