Un grupo de investigadores de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Almería han acometido un estudio pionero para descifrar las consecuencias de la variación de la precipitación sobre la vegetación presente en los ambientes áridos y semiáridos del suroeste nacional.

En una nota, Andalucía Investiga indicó que este proyecto está incluido en el Programa Nacional de Biodiversidad, Ciencias de la Tierra y Cambio Global, y cuenta con una financiación de 157.300 euros procedentes del Plan Nacional de I+D+I.

Los científicos almerienses, liderados por el investigador Roberto Lázaro Suau, partieron de la hipótesis de que tanto la disminución del número de días de lluvia y en la cantidad de la misma, afectarán de forma negativa a la vegetación. Considerando, además, que ambos factores poseen «probablemente» un carácter sinérgico, es decir los efectos de una potenciará los efectos de la otra.

En este proyecto, se reducirá la cantidad total anual de precipitación y su distribución temporal sobre modelos experimentales, principalmente reduciendo el número anual de días de lluvia. Por lo que, tratarán de modificar la cantidad y la frecuencia de las precipitaciones sobre parcelas de experimentación.

Para producir éstas modificaciones, los investigadores han dispuesto una cubierta móvil que permite realizar una exclusión total de la lluvia sobre un conjunto de parcelas, sin modificar demasiado las condiciones presentes debajo del toldo. Después, a cada una de las parcelas se le suministra el agua que le corresponde según el tratamiento asignado.

Un segundo aspecto que se contempla en el proyecto PREVEA, introduce el efecto derivado de la redistribución del agua producida por la escorrentía -agua que recorre la superficie-, así como, por la capacidad de retención de agua del suelo. Ya que, el agua que discurre por la superficie y la disposición que presenta su recorrido puede resultar muy útil para predecir la distribución del agua disponible para las plantas, y por tanto, los patrones de distribución de la vegetación, e incluso, el comportamiento de las riadas y la erosión provocada por las precipitaciones.

Para llevar a cabo los diversos tratamientos, los investigadores están construyendo diferentes parcelas de escorrentía, en las que están representados los tipos de plantas predominantes en los ecosistemas semiáridos almerienses –gramíneas perennes, arbustos enanos, plantas anuales y costras biológicas–. En ellas, se registrará automáticamente la escorrentía con precisión en cada evento de precipitación natural, así como la humedad del suelo.

Además, se tomarán datos detallados de la topografía y otras características del substrato. Todo ello con el fin de poder realizar un modelo de la distribución espacial del agua disponible para las plantas.

En estas parcelas, se medirá igualmente las respuestas de las plantas, que se relacionarán con el agua disponible, sirviendo esta relación de referencia o control respecto a la que se establezca mediante el experimento de exclusión de lluvia.

Las parcelas de experimentación se encuentran ubicadas en el Desierto de Tabernas y el Cabo de Gata. Los investigadores del equipo realizan también mediciones (de parámetros de la vegetación, del sustrato y ambientales, como escorrentía, pluviometría, evapotranspiración, vientos, insolación, humedad del suelo, entre otros) en otra área de la provincia almeriense, en la Sierra de Gádor.



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