Asfaltos que se "comen" la contaminación, residuos porcinos que fertilizan el suelo y aceite de fritura para mover autobuses son soluciones tecnológicas que ya están aplicando las empresas y administraciones españolas para sortear problemas ambientales de la mano de los centros tecnológicos. Son algunos de los casos de éxito expuestos hoy en el primer "EFEforum Ciencia y Tecnología" -impulsado por la Agencia EFE y el centro tecnológico Cartif.

El EFEforum ambiental fue inaugurado por la directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Susana Magro.

Durante la inauguración, Magro ha propuesto que el mecenazgo ofrezca su apoyo al mundo de la innovación y ha demandado a las empresas apostar por el desarrollo tecnológico y la innovación.

"No imagino un mundo sin desarrollo tecnológico y sin energías renovables", ha recalcado Magro, en cuya opinión el futuro no estará marcado ni por la energía ni por el medio ambiente sino por el cambio climático.

Investigadores del centro tecnológico Cartif, con sede en Valladolid, empresas, administraciones y distintas entidades han debatido sobre el papel de los centros tecnológicos en el programa LIFE de la Unión Europea y el papel del tejido empresarial en la I+D+i y el medio ambiente.

Todos ellos han coincidido en la relevancia de los fondos Life -el instrumento de financiación del medio ambiente y la acción por el clima de la UE- para acometer proyectos de innovación, que en ocasiones desarrollan de la mano de los centros tecnológicos debido al pequeño tamaño y limitados recursos de la mayoría de las empresas españolas (el 80 % son pymes).

En ocasiones, las ideas de los proyectos surgen debido a los cambios legislativos, por la propia creatividad de las empresas, por las exigencias y preocupaciones de la sociedad o para dar respuesta a los problemas del día a día, ha explicado José Fermoso, ingeniero químico e investigador de Cartif.

Fermoso trabaja en el proyecto Equinox, cuyo objetivo es atrapar la contaminación de las carreteras en las grandes urbes. Se trata de desarrollar un sistema para capturar óxidos de nitrógeno del aire y transformarlos en una sustancia inocua que pueda ser lavada por la lluvia o por los baldeos de las calles.

En una primera fase, ha explicado Fermoso, se ha desplegado ya una red de sensores en el madrileño barrio de Chamberí para poder comparar los actuales niveles de contaminación y los que resulten después de aplicar un tratamiento fotocatalítico con pintura.

Convertir en fertilizantes y biocombustible la enorme cuantía de residuos que proceden de los cadáveres de los cerdos -llevados hoy al vertedero o a la incineradora- es el objetivo del proyecto de Ana Urueña, química de Cartif.

Actualmente se generan en España unas 150.000 toneladas/año de cadáveres, que hay que eliminar, ha explicado Urueña.

En su opinión, la I+D+i ambiental aporta a las empresas una ventaja competitiva, más visibilidad, ahorros y aumentar la cartera del cliente.

Otro residuo que generalmente se incinera son los aceites de fritura, pero ahora servirá para producir biodiésel para autobuses urbanos de Sevilla, ha señalado Urueña, que también está implicada en un proyecto de biomasa de eucaliptos para producir energía eléctrica.

Por otro lado, el director técnico de la pyme Turqueplast, Esteban Pérez, ha explicado la importancia de rentabilizar la I+D ambiental y económicamente, y ha detallado los problemas que para una pequeña empresa supone acceder a los fondos LIFE.

En su caso, el objetivo del proyecto es construir una planta para el reciclado de residuos de poliestireno expandido, obtener perlas de este material y, una vez reciclado, reutilizarlo para envases de la industria alimentaria.

Por otro lado, la directora técnica del sistema de gestión integral para residuos y envases de medicamentos (SIGRE), María José Blázquez, ha enfatizado que su entidad invierte el 20 % del presupuesto de la I+D+i ambiental del sector farmacéutico, fundamentalmente en ecodiseño.

La Administración también lidia con problemas medioambientales a los que es muy complicado encontrar solución, ha explicado el ingeniero Francisco Javier Martínez, del Servicio de Infraestructura Urbana del Área de Fomento de la Diputación de Almería.

En esta provincia hubo que construir una planta de tratamiento para retirar del agua potable elementos radiactivos como el uranio y el radio, cuya presencia era mayor a la permitida por ley.



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