Niños y adultos no perciben lo mismo observando cuadros de Van Gogh

Los neurólogos y los psicólogos saben que el mundo es una ilusión creada por el cerebro. Que cada persona tiene su propia forma de percibir la realidad, y que por eso no hay dos realidades iguales. Por este motivo no es de extrañar que tampoco haya dos personas que vean una misma obra de arte de idéntica forma.

Aparte de esto, que quizás resulte obvio, científicos de la Vrije Universiteit, en Amsterdam (Holanda), han averiguado que los adultos y los niños tienen una forma distinta de ver las pinturas. Después de seguir el movimiento de sus ojos sobre los vibrantes y hermosos trazos de cuadros de Van Gogh, han averiguado que los niños se dejan llevar más por los estímulos visuales, y que los adultos están más influidos por sus creencias y conocimientos previos. Sus conclusiones han sido publicados este miércoles en la revista PLOS ONE.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores, dirigidos por Francesco Walker, analizaron el comportamiento de 12 niños y 12 adultos mientras miraban varios cuadros del Museo Van Gogh, en Amsterdam. Seleccionaron las pinturas que los participantes no habían visto nunca, y analizaron el movimiento de sus ojos antes y después de oír descripciones de dichas pinturas.

Los autores averiguaron que los adultos solían fijar la vista en 63 puntos en los 30 segundos que tuvieron para contemplar el cuadro. En el mismo tiempo los niños la fijaron en 53. Pero, aparte de eso, ¿ambos se centraron en los mismos detalles?

En el caso en que miraron los cuadros sin haber oído una descripción, los niños se fijaron primero en los rasgos más llamativos del cuadro, lo que sugiere una predominancia del procesamiento cerebral de abajo a arriba, en el que los estímulos visuales se imponen a la consciencia y la corteza cerebral. Pero en el caso en que los niños oyeron la descripción de la pintura antes de verla, su atención se fijó en aspectos menos llamativos, lo que sugiere que su conocimiento estaba cambiando su forma de ver los cuadros, y haciendo predominar un procesamiento cerebral de arriba a abajo.

Lo más llamativo es que en las mismas pruebas, los adultos se fijaron en lo mismo: en los rasgos menos llamativos. Esto sugiere que en todo momento su procesamiento cerebral de la visión ocurre de arriba a abajo: la corteza y la consciencia predominan sobre los meros estímulos visuales.

Gracias a esta investigación, los autores creen que se puede usar el movimiento de los ojos para hacer grandes estudios en museos y entender mejor cómo las distintas personas perciben el arte.



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