A pesar de que sólo son responsables de menos del 1% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero, principal causa del calentamiento global, prácticamente  todos los sectores económicos de estos países se ven afectados, es el caso del turismo, agricultura, sector pesquero, abastecimiento de agua, saneamiento y ecosistemas naturales.

 El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) acaba de publicar su informe de Perspectivas para el Medio Ambiente de los PEID, en el que analiza cómo estos territorios pueden prepararse ante los problemas medioambientales derivados del cambio climático. La clave para ello, recoge el documento, está en un planeamiento y una acción climática innovadores.

Estas estrategias pasan por el establecimiento de acuerdos de colaboración sólidos y duraderos, algo en lo que los PEID están demostrando un claro liderazgo. Es el caso de la iniciativa SIDS DOCK encaminada a facilitar el desarrollo de las energías limpias y sostenibles gracias al financiamiento internacional, los mercados del carbono y el intercambio de tecnologías.

El informe del PNUMA subraya la importancia de una producción y uso sostenibles de la energía. En ese sentido, el documento recoge que muchos de estos estados están apostando por energías renovables como la solar, la eólica o la geotérmina a través de la Iniciativa de la ONU de Energía Sostenible para Todos. Es el caso, por ejemplo, del gobierno de Santa Lucía que para desarrollar este tipo de energías cuenta con asistencia de la Organización de Estados Americanos, la Unión Europea, el Banco Mundial y el GEF.

Construyendo resiliencia

Otro aspecto fundamental para los PEID, señala el informe, es la gestión de riesgos de desastres. Así, es fundamental que las comunidades tengan las herramientas para adaptarse y protegerse de los efectos del cambio climático. En esta línea, los Programas Nacionales de Acción para la Adaptación (NAPAs, por sus siglas en inglés), bajo paraguas de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (CMNUCC) ofrecen a los países menos desarrollados, como es el caso de los PEID, la posibilidad de identificar y solucionar sus necesidades urgentes de adaptación.

Seychelles: escuelas que se adaptan al cambio climático

Un ejemplo de buenas prácticas es la experiencia puesta en marcha en escuelas de Seychelles que recuperan el agua de lluvia de los tejados. Se trata de una práctica sencilla que les ahorra 250 $ al mes. Esta experiencia sirve además para educar a los niños sobre los impactos del cambio climático en la disponibilidad de recursos hídricos. Por extensión, esta iniciativa sirve para concienciar a toda la comunidad donde se encuentran estas escuelas sobre la necesidad de una gestión inteligente del agua.

En definitiva, esta experiencia ha tenido tanto éxito que el Estado la ha incorporado a su estrategia nacional de cambio climático. En 2011, el proyecto fue seleccionado por la iniciativa Impulso para el Cambio de la CMNUCC. 

Políticas de sostenibilidad en los PEID

El informe del PNUMA recomienda que para lograr una economía verde, diversificada y sostenible los responsables políticos de los PEID tienen que hacer políticas y planes de largo plazo. En este sentido, el reporte sugiere que se elaboren políticas en energía eficiente y se creen mecanismos para la reducción de riesgo de desastres como los sistemas de alerta temprana. El informe sugiere además que se pongan en marcha sistemas ecológicos de adaptación a problemas como el aumento del nivel del mar.



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