Se estima que las ciudades contribuyen al 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Teniendo en cuenta que China se dispone a agregar una cifra estimada de 350 millones de residentes a sus ciudades a lo largo de los próximos 20 años, está claramente justificado adoptar medidas urgentes.

El objetivo del informe, titulado Sustainable Low-Carbon City Development in China (Desarrollo Sostenible con Bajo Nivel de Emisiones de Carbono de las Ciudades de China), es ofrecer a los encargados de formular las políticas, tanto en el Gobierno central como en municipios, ciudades y pueblos, enseñanzas prácticas acerca del desarrollo con bajo nivel de emisiones de carbono, partiendo de la experiencia del Banco Mundial y su larga relación con muchas de las provincias y ciudades chinas.

“Para que China alcance la meta de su XII Plan Quinquenal de reducir un 17% la intensidad de carbono, es crucial que se aborden las emisiones en las ciudades”, dijo Klaus Rohland, director del Banco Mundial a cargo de las operaciones en China. “El informe aporta un marco para las medidas que las ciudades chinas podrían adoptar y ya están adoptando para promover tanto el desarrollo económico como el crecimiento con bajo nivel de emisiones de carbono”.

Según el informe, la industria y la generación de energía son los principales factores que contribuyen al impacto en términos de emisiones de carbono de las ciudades chinas: se estima que, en algunas ciudades, cada uno de estos factores produce el 40% de las emisiones y el 20% restante corresponde al transporte, los edificios y los residuos.

El informe sugiere que, para lograr un crecimiento con bajo nivel de emisiones de carbono, las ciudades tendrán que actuar en múltiples frentes. Algunas de las medidas más críticas son la que afectan al uso de la tierra y el desarrollo espacial, ya que las emisiones de carbono está estrechamente conectadas con la configuración urbana. El desarrollo espacial también tiene efectos “aparejados” muy fuertes: una vez que las ciudades crecen y definen su configuración urbana es casi imposible reconvertirlas porque la mayor parte de las zonas edificadas son irreversibles y es muy costoso modificarlas.

Además, las ciudades necesitan edificios e industrias eficientes desde el punto de vista energético, un sistema de transporte que ofrezca alternativas a los automóviles y una transición a la gestión eficiente del agua, las aguas residuales y los residuos sólidos. Y las ciudades necesitan incorporar respuestas al cambio climático en su planificación, sus decisiones sobre inversiones y sus planes de preparación para emergencias.

El informe presenta cinco medidas transversales esenciales que forman el marco general para el desarrollo con bajo nivel de emisiones de carbono de las ciudades. Los encargados de formular las políticas tienen que:

  • Establecer indicadores adecuados para fomentar el crecimiento con bajo nivel de emisiones de carbono.
  • Complementar las medidas administrativas con estrategias e instrumentos basados en el mercado.
  • Romper la conexión actual entre el uso de la tierra, la financiación, el de las ciudades y el crecimiento urbano desordenado.
  • Fomentar una mayor cooperación entre sectores y jurisdicciones.
  • Equilibrar las medidas de mitigación y adaptación al cambio climático.

El informe también insiste en la necesidad de centrar las medidas en abordar desafíos sectoriales específicos, especialmente los relacionados con la energía, el transporte y otros servicios municipales, como los servicios de agua y gestión de residuos. En el informe se ofrecen recomendaciones específicas para cada uno de estos sectores, partiendo de la experiencia de las ciudades chinas y los programas respaldados por el Banco Mundial.

En el caso de la energía, el informe recomienda que los líderes de las ciudades deben promover un suministro más limpio de energía, mediante medidas tales como maximizar el uso energías renovables, aumentar la importancia de los métodos basados en el mercado en la demanda de energía, como la fijación de precios que reflejen los costes totales, aplicar coherentemente los códigos sobre eficiencia energética de los edificios y adoptar un método de facturación basado en el consumo para la calefacción por distritos.

Con respecto al transporte urbano, las ciudades deben promover los desplazamientos a pie y en bicicleta y mejorar la calidad de los servicios de transporte público, integrar diferentes modos y servicios de transporte público, mejorar la gestión de la propiedad y el uso de automóviles mediante impuestos y tasas y aumentar el uso de vehículos eléctricos cuando se den las condiciones.

En el caso de la gestión del agua, las ciudades deben considerar patrones compactos de desarrollo urbano para minimizar las necesidades de infraestructura y los costes de bombeo. Las ciudades deben reevaluar también sus estrategias de toma de agua y sus métodos de tratamiento del agua para minimizar el uso de energía, y mejorar la gestión de la demanda mediante una estrategia adecuada de fijación de precios.

Con respecto a la gestión de residuos sólidos, las ciudades deben promover activamente la minimización, la segregación, el compostaje y el reciclaje de los residuos, con el fin de reducir la necesidad de incineración y vertido.

“Los retos complejos a los que se enfrentan las ciudades de China requieren una estrategia integral, con una acción coordinada de diferentes niveles de gobierno y de la sociedad civil”, dijo Axel Baeumler, economista superior especializado en infraestructura del Banco Mundial y uno de los compiladores del informe. “El Gobierno central ha fijado metas claras para la reducción de la intensidad de carbono en la economía; sin embargo, unas cuantas medidas complementarias -en términos del programa de tierras y finanzas municipales y la facilitación de la coordinación entre las diferentes entidades gubernamentales- podrían contribuir a potenciar la función de los gobiernos de las ciudades para que implementen de manera eficaz los planes de acción para la reducción de las emisiones de carbono”, agregó Shomik Mehindratta, especialista principal en transporte urbano del Banco Mundial y otro de los compiladores del informe.

Durante el período y después del XII Plan Quinquenal, China tiene una oportunidad de implementar estrategias y métodos con bajo nivel de emisiones de carbono, que abarcan desde las innovaciones en nuevas tecnologías hasta el aumento de la eficiencia de las industrias existentes, y la mejora de la gestión del crecimiento de las ciudades. Esto también hará que sus ciudades del futuro sean más sostenibles, eficientes, competitivas y habitables.



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