Menos de un año después, el trabajo ha dado sus frutos y una ranita de San Antón ha colonizado la charca.

Cumplimos así el objetivo que teníamos al crear la charca: recuperar una población de ranita de San Antón que se había perdido en la zona tras la desaparición de la charca en la que se reproducía. De hecho, el año pasado se observaban en la zona individuos adultos de esta especie buscando algún lugar de reproducción, ya que el que usaban había desparecido.

Actuaciones sencillas como esta tienen una gran importancia ambiental, pues los anfibios están sufriendo un fuerte declive en todo el mundo. De hecho, se trata del grupo animal más amenazado, por causas como la destrucción de su hábitat (por ejemplo, puntos de agua como el que hemos construido en Cardoso de la Sierra), los cambios en el clima, infecciones por hongos, o los atropellos. Su paulatina desaparición es un problema ambiental grave debido a su papel importante en la naturaleza como reguladores naturales de plagas y por su utilidad para la medicina por las sustancias que produce su piel.

Por eso, desde WWF queremos dar las gracias a los voluntarios que emplearon su sábado en la construcción de esta charca, a los voluntarios del grupo local de WWF Guadalajara, y especialmente al agente medioambiental de la zona por ser el “guardián” de la charca durante todos estos meses.



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