Los equipos de rescate de Nueva Zelanda tuvieron que sacrificar a una ballena varada en una playa al norte del país, mientras que rescataron a su compañera, informó el Departamento de Conservación.

El guarda marítimo Jim Campbell explicó que voluntarios y oficiales de salvamento lucharon durante ocho horas contra las olas para salvar a los cetáceos, dos cachalotes enanos de tres metros de largo que habían encallado en la orilla tras perder la orientación.

Uno de los mamíferos pudo volver al océano, pero la de mayor tamaño, quizás la madre, quedó atrapada en la marea baja, por lo que tuvieron que sacrificarla para evitar que sufriera, según los medios locales. "Hemos puesto todo de nuestra parte, pero ella estaba tan cansada que no ha podido hacer nada para volver al mar, ha abandonado y el curso natural de la naturaleza es que iba a morir", sentenció Campbell.

El pasado mes, un delfín salvó a dos cachalotes, una madre y su cría, que quedaron encallados en una playa después de que los servicios de rescate lucharan durante una hora por devolverlos al mar. Nueva Zelanda, donde cada año quedan varadas cientos de ballenas y delfines, ha registrado desde 1984 más de 5.000 cetáceos encallados a lo largo de la costa del país, según la página electrónica del ministerio de Conservación.

Los expertos no se explican por qué estos mamíferos deciden nadar en aguas poco profundas, poniendo así en peligro su vida.



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