Las administraciones locales en Ibiza ya han mostrado objeciones al proyecto, SEO/BirdLife apuesta por el turismo de naturaleza y la puesta en valor de los recursos naturales, pero siempre debe primar la preservación de estos últimos
 
La pardela balear (Puffinus mauretanicus) tiene el dudoso honor de ser el ave más amenazada de Europa, de acuerdo con los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su reducida población acusa un fuerte declive que, de seguir al ritmo actual, llevaría a su extinción en cerca de medio siglo. España tiene una gran responsabilidad para garantizar la conservación de ésta ave marina, ya que sólo cría en las Islas Baleares, ocupando cuevas y oquedades en unos pocos islotes y acantilados costeros.
 
Una de las colonias de pardela balear mejor preservadas se encuentra en el islote de Sa Conillera de Ibiza. Esto podría cambiar si sale adelante el proyecto de habilitar el faro de la isla para albergar un hotel rural. El proyecto se presenta como una opción de turismo alternativo que ofrezca al público conocer de cerca los valores naturales de este enclave. Sin embargo, su impacto sobre la pardela balear y otros valores biológicos de la isla podría poner en riesgo el patrimonio en el que precisamente se debe sustentar, es decir, el entorno natural del islote.
 
Al parecer Puertos del Estado habría dado ya su visto bueno al proyecto. Afortunadamente, el Ayuntamiento de Sant Antoni (municipio al que pertenece el islote) ha mostrado recientemente su oposición al proyecto, al tiempo que el Consell Insular de Ibiza ve complicada su aprobación.
 
Sa Conillera, un enclave de gran valor natural

El islote de Sa Conillera se encuentra emplazado dentro de las Reservas Naturales des Vedrà, es Vedranell i els Illots de Ponent, uno de los espacios mejor preservados y de mayor valor natural de las Islas Baleares. En el caso particular de Sa Conillera, además de la citada pardela balear también nidifican otras especies de aves marinas sensibles, como la pardela cenicienta y la gaviota de Audouin. Asimismo, el islote alberga una población singular de lagartija de las Pitiusas, así como algunos invertebrados endémicos.
 
Impactos previsibles

Por su gran valor natural, el Plan de Ordenación de Recursos Naturales de las Reservas Naturales no permite el desembarco en Sa Conillera ni en otros islotes, salvo por motivos justificados y necesarios para las especies que allí habitan (se entiende, por tanto, labores de investigación y conservación). Así pues, además de vulnerar la legalidad, la presencia de visitantes podría alterar el equilibrio en un espacio actualmente libre de presencia humana.

En el caso de la pardela balear, de entrada representaría la generación de molestias que podría llevar al fracaso reproductor a estas aves, especialmente si se tiene en cuenta que varios nidos se encuentran muy próximos al faro. Más importante aún, la presencia continuada de habitantes en el islote podría dar pie a la colonización accidental por ratas (y, peor aún, gatos). La depredación por parte de este tipo de mamíferos introducidos es la principal amenaza en las colonias de cría para las dos especies de pardela residentes.
 
Preocupación más allá de Sa Conillera 

Más allá del caso particular de Sa Conillera, SEO/BirdLife manifiesta su preocupación ante la posible repetición de casos similares en otros puntos del litoral español, amparados por el proyecto Faros de España de Puertos del Estado. Este proyecto “pretende armonizar los usos complementarios que se puedan desarrollar en los espacios ociosos de los faros, incluyendo los usos de tipo hotelero, como albergues o casa rurales.” El uso de los faros como plataforma para dar a conocer la historia y los valores naturales de algunos puntos del litoral español es, a juicio de SEO/BirdLife, una buena idea en potencia, siempre que se anteponga la protección del medio natural (y su divulgación) por encima del negocio. Sin embargo, el proyecto podría dar pie a usos indebidos o perjudiciales para el medio ambiente, especialmente cuando se potencien nuevos usos en espacios protegidos.
 
El ecoturismo no puede consistir en palabras vacías. Es necesario velar para que se realice con rigor, siempre abogando para preservar ante todo los recursos naturales. Al fin y al cabo, sin éstos la actividad no sería sostenible en el tiempo. Así, no es lícito desproteger espacios protegidos, como se plantea en Sa Conillera; o proponer actividades de alto impacto en parques nacionales, como viene denunciando SEO/BirdLife en los últimos tiempos.

Información complementaria 

SEO/BirdLife realiza un trabajo de seguimiento de la población de pardela balear en Sa Conillera desde 2011, con apoyo de los proyectos europeos Interreg FAME y LIFE+ INDEMARES, así como de la Ibiza Preservation Fund. Se trata de la única colonia bien estudiada en Ibiza, por lo que la información que se obtiene es vital para entender las tendencias poblacionales de la especie y las amenazas a las que se enfrenta.
 
 



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