La Comunidad de Madrid tiene clara conciencia de la importancia de los valores naturales de nuestra región. Dentro de los aspectos que presenta su paisaje adquiere, entre otros, el compromiso de la protección y regulación de las especies de fauna y flora. Para ello se elaboró el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de fauna y flora silvestres y se creó la categoría de árboles singulares, revisado recientemente. 

La protección legal de la flora en la Comunidad de Madrid comienza en los años 80 con el Decreto del 2 de diciembre de 1983 en el que se protege el Acebo. Años después en un Decreto del año 1985, se unirán doce especies pero será con el Decreto 18/1992  cuando se crea la figura de Árbol Singular y se aprueba el Catálogo de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre.

El objetivo es proteger y conservar el valioso patrimonio natural que tiene la Comunidad de Madrid con medidas específicas en el caso de los árboles singulares independientemente de cuál sea su ubicación: en pleno campo, monte o ambientes urbanizados. Es precisamente en estos últimos donde la presión humana y la presión urbanística son altas y deben tomarse medidas urgentes antes de la desaparición de ejemplares de notable interés. A pesar de esto nos podemos encontrar en el término municipal de Madrid un total de 61 ejemplares.

Entre los criterios que se han tenido en cuenta para la catalogación de los árboles singulares se podrían destacar su  rareza (siempre que esté bien consolidado), forma caprichosa poco habitual, avanzada edad que le dará un porte especial, notables dimensiones frente a otros ejemplares de su especie y también localización cuando se trate de ejemplares emblemáticos, históricos, culturales o científicos. Esta inclusión en el catálogo les hará merecedores de especial protección, debido a que son considerados árboles con características extraordinarias o destacables y forman parte de Patrimonio natural de la Comunidad de Madrid.

En este momento y tras la revisión del Catálogo se encuentran recogidos como árboles singulares en la Comunidad de Madrid un total de 283 ejemplares. Esta revisión excluye un total de 43 ejemplares que han sido eliminados: bien por perder su singularidad o por tratarse de ejemplares que han muerto. Algunas plagas como la grafiosis han sido las causantes de la desaparición de olmedas en toda Europa y también de ejemplares en España.

El  tejo es uno de los más significativos. Este árbol forma parte del paisaje simbólico y cultural de Europa. En Gran Bretaña se localizaban en algunos cementerios, que eran los lugares más seguros para su conservación, dado que se utilizaban para fabricar los arcos largos ingleses, armas clave en la Guerra de los 100 años. También son conocidas las propiedades terapéuticas de este árbol. Madrid alberga varios ejemplares en diferentes puntos de la Comunidad. Destacan  el tejo situado en el Parque de El Retiro, el más antigüo de España con 1.300 años en Rascafría y otro en Canencia que destaca por su gran belleza en un entorno casi onírico.

También encontramos en el Catálogo árboles alóctonos como la Zelkova carpinifolia, olmo procedente del Cáucaso y que luce con gran esplendor  con sus cuarenta metros de altura en el Real Jardín Botánico de Madrid. Entre las incorporaciones al Catalogo Regional en 2015 se pueden destacar, entre otros,  el llamado Alcornoque del Bandolero, cuyo nombre obedece a una leyenda de un bandido de la Pedriza y que se encuentra en un risco de difícil acceso con unas raíces que sobreviven en rocas de granito.



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