El trabajo de campo, llevado a cabo en los parques urbanos del Área Metropolitana Puebla-Cholula (México), revela que las zonas verdes más afectadas por el ruido muestran una menor riqueza de especies de aves. Entre las especies que mejor se adaptan al ruido urbano se encuentran distintos tipos de pinzones, gorriones y tordos. Los autores del estudio consideran que el ruido es un nuevo factor para tener en cuenta a la hora de analizar la biodiversidad urbana.

Los especialistas del centro de investigación señalan que las conclusiones extraídas del estudio -realizado en el Área Metropolitana Puebla-Cholula (México), trabajo que ha sido recientemente publicado en la revista científica Landscape and Urban Planning- son extrapolables a otras ciudades de características similares. Las zonas verdes estudiadas incluyeron parques urbanos, plazas, campus universitarios, áreas naturales cercanas a la urbe, e incluso cementerios. En el estudio se analizó la frecuencia de aparición de 38 especies de paseriformes (aves generalmente de tamaño pequeño, como gorriones, mirlos, golondrinas, alondras, tordos…).

Los parques urbanos registraron unos niveles medios de ruido entre 62 y 72 decibelios; las plazas, entre 54,5 y 62 db, y los campus universitarios, entre 53 y 58,5 db. Los niveles medios más bajos se registraron en un área natural protegida como reserva ecológica, donde se midieron 38,4 decibelios. Los dos cementerios incluidos en el estudio también resultaron ser lugares tranquilos, con unos 45 db de media.

Los resultados ponen de manifiesto que las plazas y parques urbanos fueron los lugares más ruidosos de los estudiados y, a su vez, los que mostraron un menor número de especies, además de otras diferencias. Por contra, las zonas naturales más amplias y los campus universitarios concentraron el mayor número de especies. Los pájaros mejor adaptados a los ruidosos ambientes urbanos fueron el "pinzón mexicano" (Carpodacus mexicanus), el gorrión común (Passer domesticus) y el "zanate mexicano" (Quiscalus mexicanus), que se encontraron en todas las zonas verdes analizadas. Igualmente, toleraron la ruidosa realidad del área de estudio pájaros como el "mirlo tordo rufo", el "chirivín cola oscura" o el "cuitlacoche común". Otras aves tuvieron menor presencia en las áreas verdes metropolitanas, como el "semillero de collar", el "bolsero tunero" o el "picogordo pecho rosa".

Junto a otras variables ambientales, la contaminación acústica es un factor nuevo que influye en la diversidad de aves de los entornos urbanos y Neiker-Tecnalia ha querido dar un primer paso en esta materia. Sus especialistas consideran que existe un efecto de la contaminación acústica sobre las aves y, por tanto, proponen realizar nuevos estudios para profundizar en su conocimiento. Los expertos consideran que el siguiente reto científico es conocer cuáles son los niveles concretos de ruido que pueden tolerar cada una de las especies de pájaros habituales de los entornos urbanos.

Para que estas aves puedan sobrevivir con las personas en las ciudades, además de limitar los niveles de ruido permitidos en los entornos urbanos, Neiker-Tecnalia propone que las zonas verdes cuenten con más arbolado. El follaje de los árboles puede actuar de pantalla acústica que mitigue el ruido generado por el tráfico rodado -fuente principal de ruido- o por cualquier otra actividad humana, como obras o tráfico aéreo.



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