Las investigaciones del proyecto LIFE+ INDEMARES, coordinado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en el Canal de Menorca, un corredor marino de al menos 36 kilómetros de ancho, situado entre las islas de Mallorca y Menorca, han inventariado alrededor de 1.600 especies en sus fondos marinos. Entre ellas, se han registrado 58 especies protegidas como las algas pardas, la tortuga boba o numerosos cetáceos y aves marinas.

Los valores ecológicos del Canal de Menorca albergan múltiples hábitats. En las zonas litorales que llegan hasta los 40 metros de profundidad existen amplias extensiones de praderas de Posidonia oceánica, un hábitat protegido a nivel europeo, por lo que este espacio se encuentra parcialmente protegido por la declaración de Lugares de Importancia Comunitaria. 

En este ecosistema podemos encontrar una amplia distribución de hábitats, desde los bancos de arena y praderas de posidonia propias de las zonas cercanas a la costa, a comunidades de fondos de plataforma (de 50 a 100 metros de profundidad) y talud (100 a 400 metros de profundidad) con elevado valor ecológico y diversidad de especies.

 Esta zona también presenta poblaciones de diferentes especies de cetáceos como tortugas marinas. En cuanto a las aves marinas, el LIC es especialmente importante para las pardelas balear (puffinus mauretanicus) y cenicienta (calonectris diomedea), que vienen a la zona tanto desde colonias cercanas como desde otras más distantes (sur de Mallorca, Ibiza, columbretes).

La principal amenaza de estos ecosistemas es la pesca de arrastre, cuyo impacto se considera irreversible en hábitats de lento crecimiento, como los fondos de maërl/rodolitos, el coralígeno y los corales fríos, muy frágiles y vulnerables a cualquier perturbación físico-química del sedimento y de la columna de agua.



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