El informe saca a la luz la grave falta de control de esta pesquería, con numerosos casos de violación de las cuotas, ausencia de declaraciones, uso de vuelos ilegales de apoyo, gran número de capturas de juveniles y casos en los que los propios gobiernos no han declarado las capturas.
 
Un grupo de 12 periodistas independientes del International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ), con sede en Washington, han estado trabajando por todo el mundo durante 8 meses en el seguimiento de la pesquería de atún rojo y su mercado. Los hallazgos de esta investigación llegan apenas una semana antes de que comience la reunión anual de la Comisión Internacional para Conservación del Atún Atlántico (ICCAT, en sus siglas en inglés) en París, donde los gobiernos deberán aprobar medidas decisivas para el futuro de esta especie amenazada.

Absoluta falta de control 
“Las revelaciones realizadas en importantes medios internacionales este fin de semana, como la BBC y El País, confirman las denuncias que WWF ha realizado durante la última década sobre la absoluta falta de control de esta pesquería a lo largo de su cadena de producción y comercialización”: apunta Raúl García, responsable de Pesquerías de WWF España. Y añade: “este alto nivel de ilegalidades supone que ningún consumidor, empresa o gobierno puede estar seguro de que el atún rojo ha sido capturado y comercializado de manera responsable, ya que toda la cadena está bajo sospecha. Los políticos que se reúnen en París tienen el poder de detener esta barbaridad de una vez. No pueden seguir escondiendo la cabeza ante este escándalo internacional”.
 
El capitán de pesca francés, Roger Del Ponte, comentó a los investigadores de ICIJ sobre su trabajo entre 1998 y 2007: “Todo el mundo estafaba. Había normas pero ninguno las respetábamos”. La investigación de ICIJ apunta que la Administración pesquera francesa ha tapado durante años las actividades ilegales de su flota y declarado deliberadamente capturas muy inferiores a las reales a la UE e ICCAT.

Una práctica habitual 
Asimismo, datos obtenidos de ICCAT por WWF confirman que ese incumplimiento de las normas de la pesquería de atún rojo del Mediterráneo ha sido una práctica habitual también durante la campaña de 2010. Repetidamente ICCAT ha fallado a la hora de atajar la pesca ilegal en el Mediterráneo. Los descubrimientos de la investigación del ICIJ muestran el fracaso flagrante del nuevo “Documento Estadístico de Captura de Atún Rojo (BCD)”. Presentado por ICCAT como una solución ante la falta de control, el documento es descrito por el estudio “tan plagado de lagunas que sus datos son casi inútiles”.
 
Después de que esta información haya visto la luz, no puede haber una excusa para que la comunidad internacional no suspenda la destructiva pesquería industrial de cerco y las granjas de atún que dependen de ella, ante el encuentro de ICCAT, que se celebrará del 17 al 27 de noviembre.
 
WWF urge a los delegados del ICCAT a que presten atención a la llamada del informe de ICIJ y que saquen el máximo rendimiento a la oportunidad que se presenta en el encuentro de París para establecer un verdadero plan de recuperación para el atún rojo del Atlántico Oriental. Sus objetivos, establecer sólo una pesquería artesanal limitada reduciendo el total de capturas entre 0 y 6.000 toneladas por año, hacer respetar las normas de penalización por exceso de cuota y establecer santuarios en los que esté prohibida la pesca en zonas clave de reproducción de la especie.



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