Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Institut Català de Recerca de L’Aigua han desarrollado un nuevo método que permite la detección simultánea de hasta 75 fármacos presentes en el agua.

El sistema, probado en las aguas de la cuenca del Ebro durante los años 2006 y 2007, responde a la necesidad de controlar la presencia de fármacos en aguas residuales, según la nueva directiva marco del agua de la Unión Europea.

Los antiinflamatorios son los más presentes

En concreto, los investigadores han analizado con el nuevo método las aguas de siete depuradoras de la cuenca del Ebro. Los resultados muestran que los fármacos más presentes son antiinflamatorios, reguladores de lípidos, betabloqueantes, antibióticos como las fluoroquinolonas, macrolidos, sulfametoxazol y trimetoprim; diuréticos como la furosemida y antihipertensivos. También se han encontrado restos de glibenclamida (para el tratamiento de la diabetes) y de metronidazola.

Los niveles de fármacos registrados están dentro de lo considerado normal aunque se han detectado más sustancias que en años anteriores, no porque las aguas estén mas contaminadas sino porque ahora se dispone de una herramienta que permite detectar mayor número de compuestos. En cualquier caso, los investigadores planean analizar también otras zonas del río Llobregat y depuradoras más cercanas a Barcelona para completar el estudio.

La presencia de fármacos – considerados contaminantes emergentes- en las aguas residuales es uno de los retos pendientes en el control medioambiental, ya que desembocan en ríos y lagos. Hasta ahora no había legislación sobre ello pero la nueva directiva marco europea del agua ordena el control progresivo de estos contaminantes, algo para lo que se necesitan herramientas y metodologías de análisis que permitan su detección de forma rápida y fiable.

Fiabilidad y alta sensibilidad

El nuevo método se basa en la combinación de extracción en fase sólida, cromatografía líquida y espectrometría de masas, todas ellas tecnologías habituales en los laboratorios especializados. Su principal ventaja es su capacidad para detectar hasta 75 compuestos de forma simultánea, lo que acelera de modo considerable el proceso de análisis. Además, su fiabilidad y alta sensibilidad le permiten detectar fármacos a concentraciones muy bajas (hasta 0,1 nanogramos de fármaco por litro de agua en los casos más extremos).

Entre los medicamentos que detecta hay muchos de uso común: analgésicos y antiinflamatorios como el ibuprofeno o la codeína, fármacos de psiquiatría como el diazepam o la fluoxetina, antihistamínicos como la loratadina, antibióticos como el cloranfenicol o la ciprofloxacina y betabloqueantes como el pindolol o el propanolol.

Proyecto Europeo

El nuevo método se produce como parte de un proyecto europeo, Aquaterra, que pretende contribuir al mejor conocimiento de las cuencas fluviales, desarrollando herramientas para su manejo y control. El proyecto, con una duración de cinco años (junio 2004-julio 2009), cuenta con la participación de cuarenta y cinco instituciones europeas y analiza cinco cuencas fluviales europeas (Ebro, Danubio, Elba, Meuse y Brevilles)

El estudio se ha desarrollado en los laboratorios del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (antiguo Instituto de Investigaciones Químicas y Ambientales de Barcelona), supone un importante avance para luchar contra la contaminación de aguas residuales y superficiales. El artículo, publicado en Analytical Chemistry, está firmado por los investigadores Damiá Barceló, Mira Petrovic y Meritxell Gros.



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