Los pantanos que abastecen Barcelona rozarán hoy el 50 por ciento de su capacidad. Es decir, los embalses del sistema Ter-Llobregat, que hace menos de dos meses estaba a punto de entrar en fase de emergencia, se encuentran ya medio llenos. Medio vacíos para aquellos lectores pesimistas. Las lluvias previstas para el fin de semana pueden ayudar a mantener el ritmo de aumento de los embalses hasta el martes, día en que el Govern desactivará el decreto de sequía. De mantenerse el ritmo actual, el decreto podría quedar en stand-by (al tener una vigencia temporal no se puede derogar, sino que simplemente deja de tener efecto) justo cuando se alcance el 58 por ciento.

Lo que, salvo sorpresa mayúscula, seguro que se superará es el umbral de los 300 hectómetros cúbicos (el 49 por ciento de la capacidad). Antes de la modificación de hace dos semanas del decreto de sequía, los 300 hectómetros cúbicos marcaban la frontera entre el estado de excepcionalidad y la fase de prealerta. Es decir, la entrada en la normalidad.

Pero si las lluvias lo permiten, el martes próximo se rozará el 60 por ciento, en concreto el 58 por ciento antes mencionado. Ese porcentaje equivale a 350 hectómetros almacenados, justo la cantidad que este diario dio como límite para acabar con las restricciones haciéndose eco de fuentes conocedoras de las intenciones del Govern. Ayer los embalses sumaban 295 hectómetros almacenados (el 48,26 por ciento), 53 hectómetros cúbicos más que el lunes pasado (242, el 39,66 por ciento).

Difícil de mantener

La desactivación del decreto, pues, parece asegurada, como ya informó también este diario el jueves. Y es que es dificil mantener ante Aragón, e incluso ante los propios ciudadanos de Catalunya que ahora no pueden lavar el coche ni llenar sus piscinas, que se sigue estando en una situación de emergencia por la sequía.

Además, supone una salida honrosa a la polémica generada por el proyecto de construcción de la prolongación de la conexión. Si nada se tuerce y el Gobierno central no deroga por sí mismo el decreto del trasvase, para la hemeroteca quedará que fue el propio Govern quien, tras analizar el estado de las reservas, anuló su decreto de sequía y dejó sin efecto el real decreto del Ejecutivo central que avalaba la tubería.

El caso contrario, la intervención del Gobierno central, dejaría en evidencia al Govern, pues con unas reservas del 50 por ciento se mantendría en excepcionalidad 2, su estado actual. Con todo, el Govern busca la forma de evitar que el consumo de agua se descontrole, una vez finalicen las restricciones. A la euforia que puede seguir al fin de las multas, hay que sumar que se aproximan los meses de mayor consumo, especialmente julio, cuando el calor aprieta y el grueso de la población aún no ha partido de vacaciones.

En breve se estudiará cómo y por dónde hacer pasar la doble tubería que partirá desde la desalinizadora de Cunit (una hacia Tarragona y la otra hacia Olèrdola), que el Govern pretende que sufrague el Gobierno central. Hay algunos que, con todo, no se fían y quieren pruebas de que no hay ninguna interconexión agazapada tras las obras de Cunit.

Así, el secretario general de Esquerra, Joan Puigcercós, en plena lucha interna por llevar las riendas del partido, pidió ayer que la tubería de Cunit a Tarragona se construya una vez se haya finalizado la desalinizadora. "Hay que construir las instalaciones antes de hablar de cañerías", afirmó el candidato a la presidencia de ERC. El Ejecutivo catalán no abordará ninguna interconexión a corto plazo, aunque creará las condiciones para que, en una nueva emergencia, pueda hacerse de manera simple y poco costosa.



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