El agua vuelve a caer con fuerza sobre la mayor parte de Catalunya. En pocas horas los volúmenes de precipitación superaron ayer en numerosos casos el medio centenar de litros por metro cuadrado. Al mismo tiempo sigue creciendo, lógicamente, el caudal retenido en los embalses de las cuencas del Ter y del Llobregat, cuyas reservas se sitúan ya en el 36,75 . Además, las previsiones indican más lluvias para esta semana. Ante tal situación, el debate sobre las medidas antisequía, minitrasvase del Ebro incluido, se reabre. El secretario general de ICV, Jordi Guillot, dijo en Lleida que su formación reclamará la derogación del decreto cuando desaparezca el riesgo de desabastecimiento del área metropolitana de Barcelona.

El responsable del partido al que también pertenece el conseller de Medi Ambient, Francesc Baltasar, añadió, durante su asistencia al Aplec del Cargol de Lleida, que esta anulación se solicitará con "todas sus consecuencias" en referencia a la norma estatal en base a la que dentro de pocas semanas se debe empezar a construir la tubería que llevará el agua del Ebro hasta Barcelona.

Guillot argumentó que el decreto de sequía de la Generalitat estaba justificado por el peligro de falta de suministro a Barcelona, un riesgo "que se aleja gracias a las últimas lluvias". El dirigente ecosocialista afirmó que "cuando haya agua suficiente no tendrá ninguna justificación seguir con este decreto".

Para ICV, el siguiente paso será reclamar al Gobierno "acciones prioritarias sobre la nueva cultura del agua" que implicarían "políticas de ahorro y especialmente la construcción de desalinizadoras que eviten realizar trasvases en el futuro", informa Mònica Borrell.

En el pronunciamiento de Guillot no hubo cifras, como tampoco las hay ahora para fijar los niveles de emergencia y de restricciones tras la corrección del decreto efectuada por el Govern después del patinazo de anunciar que se podrían llenar las piscinas a raíz del temporal de levante del 10 y el 11 de mayo. Esta inconcreción deja muchas puertas abiertas, que se abren más cuanto mayores son las reservas hídricas.

Posición de la Ministra

La propia ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, se pronunció en un sentido similar a Guillot hace dos semanas como consecuencia también de la gran cantidad de agua que trajo el temporal. Poco después, sin embargo, matizó sus palabras sobre parar el minitrasvase, aunque quedó la idea, como ahora, de que una situación tan variable podría tener consecuencias sobre medidas que culminaron una cadena de contradicciones entre la conselleria, el mismo Govern y el Ejecutivo central.

El conseller Baltasar respondió entonces a la afirmación de Espinosa de frenar la tubería de Tarragona a Olèrdola si los pantanos alcanzasen "el mínimo necesario" considerando "inimaginable" que llegasen a un nivel que garantice el suministro.

La regulación de las situaciones de emergencia y sus consecuencias son ahora una facultad discrecional del Gobierno catalán, un hecho que añade más incertidumbre sobre el futuro. Esta posibilidad aumentó también el enfrentamiento con Ara- gón, que pasó de aceptar el minitrasvase a anunciar que llevaría la nueva regulación antisequía al Tribunal Constitucional.



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