Los primeros ensayos de campo se ejecutarán en breve en la Fosa de Atacama, en el Océano Pacífico Oriental, frente a la costa de Chile y Perú. A continuación partirán rumbo hacia las aguas del Ártico frente a Noruega y posteriormente a la Antártida acompañados de socios de Italia y Sudáfrica. Además accederán a fosas profundas frente a las costas de Nueva Zelanda y China.

Los estudios programados se destinarán a la exploración de las fosas más profundas, de hábitats más extremos y apenas sondeadas con anterioridad. De estos emplazamientos sólo se han extraído unas pocas muestras, una motivación más para el proyecto PHARMASEA, que confía en lograr avances pioneros en este campo.

El equipo al cargo también realizará labores de investigación y desarrollo encaminadas a descubrir nuevos compuestos biológicos a partir de bacterias, hongos y macroorganismos. Las muestras obtenidas se someterán a estudio con el fin de descubrir su potencial como medicamentos precursores, ingredientes para alimentos o cosméticos.

«Exploraremos bacterias marinas nuevas capaces de producir tres tipos de antibióticos distintos», declaró el profesor de química Marcel Jaspars, director del Centro de Biodescubrimiento Marino de la Universidad de Aberdeen en Escocia (Reino Unido) y coordinador del proyecto. «También contemplamos el descubrimiento de fármacos contra enfermedades del sistema nervioso central, antioxidantes y soluciones antiinflamatorias que tengan aplicación además en la industria cosmética».

El profesor entiende que esta investigación resulta fundamental sobre todo si se tiene en cuenta que no se han registrado antibióticos nuevos desde 2003. Tal y como indicó, «si no se hace nada para combatir esta carencia, se corre el riesgo de volver en unos diez o veinte años a la "era previa a los antibióticos", en la que podían resultar mortales microbios e infecciones que hoy se tratan fácilmente».

El profesor Jaspars agregó: «Los organismos submarinos son muy distintos a los terrestres. Los que estamos investigando sobreviven a más de seis mil metros bajo la superficie del mar y por tanto sus condiciones de vida resultan extremas. Esto mismo es lo que los convierte en una fuente de compuestos bioactivos de gran interés».

Además de explorar nuevos territorios del fondo oceánico, el proyecto también estudiará nuevas áreas de la rama de la química. En concreto la construcción de todas las moléculas posibles, un tema en extremo interesante para los científicos dedicados al descubrimiento de fármacos. El equipo creará una plataforma general de bioensayos de última generación capaz de detectar actividad farmacológica y mediante la que se realizarán análisis de compuestos químicos singulares obtenidos de muestras marinas que jamás han visto la luz del sol.

El equipo utilizará barcos pesqueros para la recolección de muestras de sedimentos del fondo del mar. Posteriormente cultivará bacterias y hongos excepcionales hallados en el sedimento que se extraiga para aislar las nuevas moléculas con propiedades farmacológica y someterlas a los ensayos correspondientes.

Este proyecto internacional cuenta con una financiación europea superior a los 9,5 millones de euros e incluirá a veinticuatro organizaciones empresariales, académicas y sin ánimo de lucro procedentes de trece países distintos.

Para más información, consulte:

PHARMASEA
http://www.pharma-sea.eu/



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