La periodista, escritora y directora de cine francesa Marie-Monique Robin, autora del libro y documental El mundo según Monsanto, considera que al Gobierno español le faltaba información al haber permitido la producción de productos transgénicos a gran escala, concretamente el Maíz-BT.

Desinformación

Robin, que presentó la cinta y el texto ayer en Madrid, opina asimismo que no hay resistencia entre los consumidores españoles a este tipo de productos. Del mismo modo, aseguró en una entrevista concedida a la agencia Europa Press que los agricultores también están desinformados.

«El maíz BT ha sido manipulado para conseguir una proteína insecticida, pero cuando tienes una planta que fabrica de manera permanente un insecticida, los insectos se adaptan y desarrollan una resistencia, algo que ya se ha comprobado en varios estados de Estados Unidos», advirtió.

La periodista gala denuncia en su investigación de tres años que «la multinacional Monsanto, responsable del 90 por ciento de los trangénicos que se cultivan en el mundo, no ha sometido estos productos a los controles a los que tradicionalmente se somete a los pesticidas», y reclama este tipo de controles.

Contaminación en España

«Los españoles están comiendo maíz pesticida sin saber lo que va a pasar, o carne procedente de un cerdo que ha consumido este maíz –comentó–. El problema es que este maíz se reproduce y puede contaminar al maíz convencional». En este sentido, aseguró que un 12 por ciento del maíz convencional de Aragón y Cataluña ya está contaminado.

Robin subraya los «casos de corrupción» de la multinacional en diferentes países, como Canadá o Indonensia. Después de una investigación de tres años, la periodista señala que la compañía estadounidense afirma que la empresa tiene «un poder muy importante» con el que «es capaz de poner a sus hombres a controlar puestos clave» en Estados Unidos, en la Unión Europea y en la Organización Mundial del Comercio.

También recalca que a finales de los 90, cuando «había mucha resistencia en Europa contra estos cultivos», contrató a una agencia de comunicación para que diseñara una estrategia de comunicación basada en la premisa de que los alimentos biotecnológicos acabarían con el hambre en el mundo.

Sobre su investigación, la periodista y directora de cine considera que si Monsanto no se ha defendido es «porque el que calla, otorga», aunque reconoce estar preocupada, ya que cada vez que un científico «hace su trabajo», o bien pierde su empleo o es víctima de una campaña de difamación, «al igual que los periodistas que se atreven a denunciar».



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