El artículo es fruto de unas jornadas sobre biogeografía celebradas en la Academia Nacional de Ciencias de EE UU, y se publica este lunes en la revista PNAS, dentro de un número especial dedicado la distribución de los seres vivos sobre la tierra.

Para este equipo de investigadores considerar la historia evolutiva de la especie, además de las variables climáticas, donde suelen quedarse la mayor parte de los estudios de predicción del cambio climático, permite hacer predicciones “más fiables” de los efectos del cambio climático sobre la biodiversidad terrestre.

Los científicos basan su indagación en el estudio de poblaciones de salamandras de la familia Salamadridae. Un total de 80 especies distribuidas mayoritariamente por Europa, aunque con algunos ejemplares en Asia y Estados Unidos. En la reconstrucción han tenido en cuenta especies (y fósiles) de casi 50 millones de años.

Salamandras en climas templados

El estudio ha permitido a los investigadores comprobar que la mayoría de las salamandras europeas han vivido “siempre en climas templados”: el predominante en Europa durante los últimos 40 millones de años. Esto implicaría que los reptiles han sobrevivido a las glaciaciones y al calentamiento de épocas pasadas.

“La distribución actual de las especies es fruto de una historia en la que ha habido cambios climáticos previos. Por eso, pensamos que para saber cómo la biodiversidad responderá a los cambios climáticos del futuro es necesario investigar cómo han respondido en el pasado”, señala David Vieites, investigador del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales.

”Los modelos actuales no son suficientes para predecir el impacto del cambio climático futuro en la distribución de especies porque no tienen en cuenta cómo ellas o sus antecesoras han respondido y sobrevivido a los cambios climáticos pasados, sino que trabajan partiendo exclusivamente de los datos actuales”, concluye Vieites.



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