Almería
El proyecto Evaluación de los Ecosistemas del Milenio investigará 17 territorios de la Península, cuenta con un presupuesto de 400.000 euros, coordinado por el Ministerio de Medio Ambiente
Por Eva San Martín
esanmartin@ambientum.com
Un centenar de investigadores estudian desde las degradadas costas altamente urbanizadas hasta los reductos más salvajes de la alta montaña pirenaica
”Conservar la naturaleza no es un lujo ni un capricho, sino la mejor forma de asegurar el bienestar de la sociedad y nuestro futuro económico”, sentencia Carlos Montes, ecólogo y director del proyecto Evaluación de los Ecosistemas del Milenio. La iniciativa pionera que pone por primera vez de acuerdo a cerca de un centenar de científicos de todas las Universidades españoles es ambiciosa: estudiar de forma coordinada la salud de los ecosistemas de la Península Ibérica.
Equipos de investigadores buscan, desde hace principios de año toda la información y los estudios ya existentes del territorio natural español. Examinan con lupa desde las degradadas costas altamente urbanizadas hasta los reductos más salvajes de la alta montaña pirenaica.
Pirineos
“El 60% de los servicios que nos ofrece la naturaleza están en peligro”
Naciones Unidas ya puso en marcha en 2001 el llamado Programa para la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio. Una iniciativa auspiciada por el entonces secretario general Kofi Annan, con el que la ONU conoció algunas realidades tan preocupantes como que el 60% de los servicios que nos ofrece la naturaleza están en peligro.
La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) es un programa de trabajo internacional diseñado para influir en la toma de decisiones de los gobiernos, y que cuenta con información científica sobre las consecuencias de los cambios en los ecosistemas para el bienestar humano y las opciones para responder a esos cambios.
Los bosques españoles capturan 80 millones de toneladas de CO2 cada año
Aunque algunos de estos servicios ambientales pueden no ser tan evidentes. Como el que para comerse una manzana antes han tenido que intervenir centenares de pequeños bichitos microscópicos, que actúan en procesos que van desde formación del suelo hasta en la fermentación de la fruta. Otros, como el abastecimiento de agua, sí son más conocidos.
El proyecto español sigue la vocación de los Ecosistemas del Milenio, auspiciado por la ONU
En España existen 1.600 espacios protegidos por alguna de las figuras de conservación contempladas por el ordenamiento legal. Significa que el 12% del territorio cuenta con alguna fórmula de protección. Los bosques españoles capturan 80 millones de toneladas de CO2 anuales.
Tal vez por ello, el Ministerio de Medio Ambiente, que coordina el estudio a través de la Fundación Biodiversidad, quiere ahora salvar la deuda pendiente con los espacios españoles, que entonces quedaron fuera de la investigación de Naciones Unidas.
“Hay que presentar la ciencia de una forma sexy” para que tomemos conciencia de la importancia que tiene conservar los espacios naturales, ironiza un investigador
El proyecto, que fue impulsado por el actual ministro de Educación, Ángel Gabilondo (entonces ocupaba el asiento de rector de la Universidad Autónoma) tiene un plazo inicial de dos años. El presupuesto asignado es 400.000 euros. Los primeros 208.800 euros, hasta 2010, ya están listos para el proyecto, según confirmó la directora de la Fundación, Ana Leiva.
¿Cómo van a conseguir que los ciudadanos tomen conciencia de la importancia que tiene conservar los espacios naturales? “Hay que presentar la información de una forma sexy”, ironiza Montes. Acercar, aunque sea de forma persuasiva, la investigación a los ciudadanos. Colocar la ciencia en las conversaciones diarias para acabar con las “falsas dialécticas existentes” relacionadas con la conservación.
No es cierto que el desarrollo implique destruir la naturaleza, como suele presentarse. “Tenemos que cambiar la conjunción y por la conjunción para cuando relacionamos desarrollo y conservación”, afirma Montes. Modificar la frase desarrollo y conversación por desarrollo para la conversación.
Ana Leiva, junto con el investigador
Carlos Montes (derecha)./
FUNDACIÓN BIODIVERSIDAD
El científico cree que no tienen sentido prácticas como destruir con fertilizantes las tierras de cultivo, porque los “polinizadores desaparecerán del campo”. Tampoco, obviar el papel preventivo contra las inundaciones de los bosques, y optar por construir infraestructuras hidráulicas “demasiado costosas y no tan rentables”.
Organizados en 17 equipos de trabajo, investigadores, sociólogos y científicos procedentes del campo de la biología examinan los espacios naturales de la Península.
También recaban toda la información “dispersa” ya existente en diferentes centros de estudio y de documentación, para aunar los esfuerzos, y conseguir una única voz con la que hablar de la degradación de la naturaleza española. La voz de la ciencia española, que se une por primera vez, a favor de la conservación de nuestra flora y fauna.
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