Satélites verdes

Así, este 2017 pasará a la historia como el año en el que los satélites empezaron a teñirse de verde, al lanzarse los primeros que sustituyen  parte del contaminante carburante químico por la límpia propulsión eléctrica y, lo que es más fascinante, con cohetes/lanzadera reutilizables, y que no se quedan ensuciando el espacio.  

"En los más de 30 años que llevamos lanzando satélites de comunicaciones, nunca se ha dejado de innovar y mejorar el servicio", explica Luis Sahún, director general en España de SES/Astra, la primera potencia mundial en satélites de comunicaciones. Sahún asegura que el salto que va a vivir este mercado a partir de este año será espectacular.

"En el campo de los satélites geoestacionarios, situados a 36.000 kilómetros de altitud, acabamos de lanzar el SES-12, primero de la nueva generación de HDS, que incorporan procesadores digitales, que permiten una mayor flexibilidad y reorientar focos de cobertura sobre la tierra -explica Sahún-. Pero también incorpora un revolucionario sistema de propulsión eléctrica, que permite ahorrar muchísimo en el tradicional sistema de carburante químico".

Según el directivo de SES, la gran ventaja de sustituir electricidad por carburante convencional es, además del indudable beneficio ecológico, el peso de carga. "De las habituales 5,5 toneladas pasamos a 3 o 4 toneladas, lo que significa un ahorro que ronda el 40%, que se puede aprovechar para más carga útil", apunta Sahún, quien resalta la gran eficiencia (de recarga eléctrica) que se ha conseguido con los paneles solares que incorporan este nueva gama de satélites.

COHETES RECICLABLES

La segunda gran revolución ecológica que ha llegado son los cohetes reutilizables, una posibilidad que hasta hace bien poco era pura ciencia ficción y que ahora abre campos que van más allá de colgar un satélite de tele: llegar a Marte.

El cohete reutilizable fue una realidad -tras muchas pruebas y varios fracasos- hace un par de años con SpaceX, empresa estadounidense creada por el visonario Elon Musk (creador de Pay-Pal y de la fábrica de coches eléctricos Tesla). 

Este grupo aeronáutico lanzó un cohete Falcon9, que llegó al espacio exterior, y luego regresó a la Tierra aterrizando en una plataforma en medio del Pacífico (por seguridad), que se bautizó, claro está, "Of course I Still Love You" "Por supuesto que todavía te amo".

Y una de las primeras empresas que apostó (y se la jugó) con este innovador sistema fue SES: el pasado mes de marzo utilizó un Falcon9 para lanzar su satélite SES10 (que cubre Latinoamérica). Al margen de "pensar en verde", existen también poderosas razones crematísticas: "Son lanzamientos que cuestan entre 30 y 40 millones de dólares menos", explica Sahún.



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