De las 260.000 hectáreas de grano sembradas en el primer periodo del 2010, por lo menos el 50% necesitó una aplicación contra el famoso insecto barrenador del tallo. El valor promedio de esta dosis de insecticida es de 15.000  pesos (6.24 euros); así, controlar al insecto les costó en total a los cultivadores casi 2.000 millones de pesos ( unos 800000 euros), solo hasta junio.

De igual manera, es grave el problema con un complejo grupo de insectos llamados gusanos cogolleros, que atacan cerca del 70% de los cultivos de arroz secano (sembrado en tierras poco húmedas). El total del área cultivada con este sistema fue de 150 mil hectáreas durante el primer semestre de este año, y la aplicación de insecticidas para combatir la plaga costó cerca de 1.600 millones de pesos (casi 700.000 euros).

Una inversión de millón y medio de euros

Por eso, para mitigar el efecto de los dos depredadores, fue necesario invertir cerca de 3.600 millones de pesos (1 millón y medio de euros), sin contar otro tipo de pérdidas, como la disminución de la productividad de los cultivos. 

En relación con estos insectos, llamados también lepidópteros, el Grupo de Ingeniería Genética de Plantas de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá diseñó una versión propia semisintética del gen Cry1Ac para una línea transgénica de arroz.

Este gen forma parte de la familia Bacillaceae, a la que pertenece la bacteria Bacillus thuringiensis, la cual codifica proteínas insecticidas y es usada para el control biológico desde 1938. 

¿Cómo actúan estas plagas en los cultivos arroceros?

La larva del barrenador se introduce en el tallo de la planta y le provoca el síndrome conocido como corazón muerto. En este sitio se protege contra los insecticidas, de ahí la necesidad que vieron los investigadores de combatirla desde su propio escondite por medio de una planta transgénica que contuviera un gen protector como el Cry1Ac.

La versión colombiana

El gen semisintético Cry1Ac fue diseñado en el laboratorio a partir de información sobre secuencias de ADN provenientes de diferentes organismos, y su uso es exclusivo en investigación científica o procesos biotecnológicos.

Su elaboración –mediante computador– partió de información publicada en artículos científicos, patentes y bases de datos de genes. Una vez listo el modelo virtual, se procedió a convertirlo en un gen real

Existen distintas versiones de Cry1Ac en el mundo que han sido aplicadas a cultivos de algodón y maíz, particularmente en países como Estados Unidos, Brasil, China y Australia. El objetivo de la versión obtenida en la UN es conferir a la variedad de plantas de arroz colombianas resistencia a los insectos considerados verdaderas plagas.



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