El parque fotovoltaico español conectado a la red, con más de 4.500 MW instalados y más de 60.000 instalaciones, representa un 4% de la potencia total instalada en España. Las instalaciones conectadas antes de 2009 representan el 74% del parque fotovoltaico.

En cuanto al volumen de fotovoltaica aislada, se calcula que hay alrededor de 24,6 MW. De acuerdo con estos datos, en España habría 97,8 Wp fotovoltaicos por habitante, lo que nos situaría en el octavo puesto de la UE, por detrás de Alemania, Italia, Bélgica, la República Checa, Grecia, Bulgaria y Eslovenia.

Eficiencia y reducción de costes

Por su parte, la retribución fotovoltaica se ha mantenido estable por las limitaciones horarias. Durante 2012 la producción eléctrica fotovoltaica obtuvo una retribución total de 3.009 millones de euros, de los que 2.615 corresponden a la prima.

Además durante el pasado ejercicio se instalaron los primeros sistemas fotovoltaicos de autoconsumo instantáneo y, casi a la par, se han presentado un importante número de proyectos de grandes instalaciones, más de 30.000 MW, que aspiran a vender su energía al Mercado Eléctrico. En ambos casos se trata de modelos de desarrollo al margen del régimen de primas que no solicitan ningún tipo de subvención para su desarrollo.

En cuanto al déficit de tarifa, de cuya principal responsabilidad se está acusando, y castigando, a las energías renovables y en especial a la fotovoltaica, merece la pena destacar que, de los 1469 millones de euros de desvío del déficit de 2012, tan solo 1 corresponde a la fotovoltaica. 

Según UNEF, a consecuencia de las medidas restrictivas y con carácter retroactivo para la energía fotovoltaica impuestas por el Gobierno en la sucesivas regulaciones, en el caso de que no se revierta la situación, entre 2010 y 2020 la fotovoltaica verá mermada su retribución en más de 5.800 millones de euros, aproximadamente un 20% de los ingresos totales del sector durante este periodo.

Por su parte, la patronal fotovoltaica afirma que el "peaje de respaldo" acaba de raíz con la posibilidad de que el consumidor produzca su propia electricidad a un precio más económico que el del suministro convencional y paraliza la entrada de nueva competencia en el mercado eléctrico. Esta medida, contrasta con las políticas europeas que han ido disminuyendo el pago de una prima por la generación eléctrica fotovoltaica (Feed-in Tariff) para sustituirse por políticas que fomentan el autoconsumo y la generación distribuida. 

Cercenando las posibilidades del autoconsumo, se está yendo además en contra del desarrollo tecnológico del país, desaprovechando el I+D generado y sus posibilidades futuras. La tecnología fotovoltaica permite ya la integración masiva del autoconsumo en los sistemas eléctricos y cuenta con la mayor curva de aprendizaje de todas las energías renovables. Se trata de una tecnología madura y competitiva, que ha bajado sus costes casi un 80% en los últimos años.

Impacto económico y medioambiental

Desde el punto de vista medioambiental, los 8.156 GWh producidos por el sector fotovoltaico han supuesto un ahorro de 1.973.752 toneladas de CO2, equivalente a la emisión de 67.000 coches funcionando durante un año en España. El ahorro producido al evitar la compra de bonos de carbono asciende a más de 14,4 millones de euros, de acuerdo con el precio medio del CO2 en 2012.

Durante 2012 se importaron 10.653 millones de euros de gas. Esa factura podría haber sido 576 millones de euros más alta de no ser por la energía fotovoltaica.

Pérdida de empleo y de tejido industrial

Los datos analizados muestran que la moratoria ha impactado de lleno sobre la estructura sociolaboral del sector fotovoltaico en España y que, sumada a la competencia internacional, está desmantelando una industria que se encontraba entre las líderes mundiales hace apenas tres años.

Mientras que en 2011 el sector superaba los 12.000 puestos, a mediados de 2013 ese volumen se ha reducido en unos 4.500 empleos, de modo que ahora el sector ronda los 7.500 empleos, la gran mayoría en labores de operación y mantenimiento y en dar soporte a las actividades en el extranjero.

Hasta hace dos años había más de 50 empresas con fábricas en España de silicio de grado solar, obleas, células, módulos, inversores y seguidores, de modo que se cubrían todos los eslabones de la cadena de valor de la tecnología. En la actualidad, un 90% de los fabricantes de módulos y de sus componentes ha cerrado, está en concurso de acreedores o en procesos de ajuste laboral.

Como resultado, se han perdido actividades enteras, como la fabricación de paneles de capa delgada -operaban tres fábricas con tres tecnologías distintas- o la fabricación de obleas. Únicamente las actividades centradas en la fabricación de inversores y equipos de electrónica de potencia se mantienen, con su actividad enfocada al extranjero.

I+D+i en fotovoltaica

Estas cifras contrastan con la actividad de Investigación y Desarrollo de la fotovoltaica en España, donde capta el mayor volumen de inversión de todas las renovables.

La energía solar, con el 43,6%, es la tecnología con más patentes españolas, seguida de cerca por la energía eólica. España es el quinto país del mundo con más patentes en energías renovables, por detrás de EE UU, Japón, Alemania y Reino Unido.

Distribución de la fotovoltaica en España

En el reparto geográfico por comunidades autónomas, en cuanto a la potencia total acumulada a cierre de 2012, destacan las regiones más soleadas y con más territorio, con crecimientos mucho menores que en el ejercicio anterior: Castilla-La Mancha (905 MW), seguida por Andalucía (838 MW) y Extremadura, cuya potencia instalada bajó radicalmente este año (540 MW). Llama la atención la gran presencia de la tecnología fotovoltaica en Murcia que, con un territorio más pequeño, ocupa la quinta posición. Cantabria y Asturias y Ceuta y Melilla se mantienen a la zaga del ranking.

Mercado Internacional

La reducción de costes de las placas y componentes fotovoltaicos está acelerando el salto de la fotovoltaica como una tecnología global. Con una tasa anual de crecimiento en torno al 60%, la tecnología fotovoltaica llegó a cubrir al cierre de 2012 el 0,5% de la demanda global, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. A finales de 2012 superó los 100.000 MW acumulados (70.000 MW en la UE).

La inversión global en tecnología fotovoltaica durante 2012 fue la mayor de todas las renovables, alcanzando los 140.000 millones de dólares, 10% menos que en 2011.

La tendencia a la estabilidad en Europa y el crecimiento en otros mercados, indican un período de reequilibrio de la demanda global. El cambio en el reparto geográfico viene acompañado del alcance de la paridad de red y la posibilidad de competir en aplicaciones de autoconsumo en numerosos mercados.

Ya hay 12 países con más de 1.000 MW instalados -se han triplicado en cinco años-, sobre los que destaca Alemania, primer mercado del mundo, con más de 32.000 MW conectados. Le sigue Italia, con 16.000 MW y China -con 7.000 MW acumulados.

Se espera que en los próximos años la demanda se desplace hacia los mercados asiáticos. China -con planes para instalar 35.000 MW hasta 2015-, en 2013 podría ser el primer país en instalar más de 10.000 MW en un solo ejercicio.  Japón podría instalar unos 7.000 MW. India, que aspira a instalar 20.000 MW hasta 2022, tiene más de 1.000 MW en desarrollo.

Al otro lado del Atlántico, EE UU experimentó un crecimiento del 75%, instalando alrededor de 3.200 MW, y se espera que este 2013 crezca un 30%. En América Latina, despunta Chile, si bien su peso todavía no es relevante.

Expansión internacional

El hundimiento del mercado en 2009 propició que aproximadamente la mitad de las empresas del sector fotovoltaico saliera al extranjero. Como resultado, hasta la actualidad se han desarrollado proyectos en más de 80 países de los cinco continentes.

Las actividades en las que se ha enfocado el sector han sido la promoción y construcción de plantas solares para terceros, por delante de la explotación y venta de electricidad o la fabricación de equipos, muy afectada por la sobrecapacidad global.

Aunque geográficamente la fotovoltaica española se ha extendido por todo el globo, Europa ha sido el gran motor en los últimos años. Italia ocupa la primera posición, con un 13% de la actividad internacional, seguida de Francia, Grecia, Alemania y Reino Unido.

Fuera de Europa destacan países del continente americano como Chile, Méjico, EE UU y Brasil. En el resto del mundo sobresalen China, India y Suráfrica. Todos estos países crecerán en importancia en los próximos años, habida cuenta de la ralentización que ya está experimentando la UE.



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