La sangre verde es una de las características más inusuales del reino animal. Sin embargo, es el sello distintivo de un grupo de lagartos de Nueva Guinea, los Prasinohaema.

Sus músculos, mucosas, huesos y sangre son de un intenso color verde lima debido a los altos niveles de biliverdina, un pigmento verde de la bilis, que es tóxico cuenta se entra en el sistema circulatorio y que provoca ictericia, la coloración amarillenta de la piel y las mucosas por la acumulación de pigmentos biliares en sangre.

Sorprendentemente, este tipo de lagartijas se mantienen saludables con niveles de bilis verde que son unas 40 veces más altos que la concentración letal en humanos.

“Además de tener la mayor concentración de biliverdina registrada para cualquier animal, estos lagartos de alguna manera han desarrollado una resistencia a la toxicidad del pigmento biliar”, señala Zachary Rodríguez, investigador en el laboratorio que lidera el profesor Chris Austin en departamento de Ciencias Biológicas de la Louisana State University.

Para entender cómo estos lagartos no sufren daño celular, deterioro de la función hepática y se mantienen libres de ictericia, los investigadores examinaron 51 especies de estos reptiles -seis de ellas de sangre verde, dos de las cuales eran nuevas para la ciencia-.

En total, los autores analizaron 27 especímenes de sangre verde y 92 de sangre roja, que estaban estrechamente relacionados.

Los resultados, publicados en la revista Science Advances, revelan cómo evolucionó este rasgo en los lagartos. El estudio muestra de este modo que surgieron cuatro linajes separados de lagartos de sangre verde que probablemente compartieron un ancestro común de sangre roja.

La acción positiva de la biliverdina

La sangre verde surgió así cuatro veces y de manera independiente en varios lagartos, lo que sugiere que pudo tener un valor adaptativo. Niveles ligeramente elevados de pigmentos biliares en otros animales, incluidos insectos, peces y ranas, han desempeñado papeles potencialmente positivos en estos animales.

Además, estudios previos han demostrado que el pigmento biliar puede actuar como antioxidante eliminando radicales libres, así como prevenir la enfermedad durante la fertilización in vitro. Sin embargo, la función del pigmento verde de la bilis en estos reptiles es todavía incierta.

“Los lagartos de sangre verde de Nueva Guinea me resultan fascinantes como parasitóloga porque se sabe que el otro producto hepático similar, la bilirrubina, es tóxico para los parásitos del paludismo humano”, declara Susan Perkins, profesora del Sackler Institute for Comparative Genomics y de la División de Zoología de Invertebrados del American Museum of Natural History.

Los investigadores estudiarán ahora el posible efecto del pigmento verde de la sangre en la malaria y otros parásitos que infectan a estos lagartos. También identificarán los genes responsables de la atípica sangre verde.

Fuente: Agencia SINC,



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