Restricciones al tráfico para reducir la fuerte contaminación

A partir de 2018, el Consistorio ampliará la zona de prioridad residencial (tráfico libre solo para los vecinos de la zona) a todo el centro. Las amenazas y advertencias de la UE han forzado al gobierno municipal a tomar esta medida, que modificará el rostro del centro de la capital. El Consistorio apuesta también por reducir la velocidad en la M-30 e incrementar el espacio para peatones y bicis.

En la gran zona de prioridad residencial de bajas emisiones (APR), correspondiente a todo el distrito Centro y que se denominará Área Central Cero Emisiones, solo podrán acceder, a partir del primer semestre de 2018, los residentes e incluirá la Gran Vía. El objetivo del equipo de Ahora Madrid, que gobierna la ciudad desde 2015, es convertir el corazón de la capital -donde a menudo se detectan niveles elevados de NO2- en una zona de bajas emisiones. El plan de calidad del aire se ratificará el próximo jueves, después de la junta de gobierno.

El Ayuntamiento también reducirá a partir de la segunda mitad de 2018 la velocidad a 70 kilómetros por hora en todo el anillo de la M-30 y en sus accesos desde la M-40. Este martes, la delegada del Área de Medio Ambiente, Inés Sabanés, concretó que esta medida se implementará después de que se haya actuado en la zona de centro y tras la remodelación de grandes ejes de la capital, como la céntrica Gran Vía.

La remodelación de la Gran Vía es, de hecho, otro proyecto estrella del gobierno. La reforma de esa arteria central de Madrid, que contempla reducir los carriles para los vehículos privados y ampliar las aceras, comenzará el próximo año. También en la calle de Alcalá se reducirán carriles y se ampliarán las aceras, aunque los tiempos de actuación no están cerrados.

Ante estas medidas restrictivas, el Ayuntamiento tiene previsto mejorar el transporte público y construir doce nuevos aparcamientos intermodales con 9.570 plazas, que se sumarían a las 4.767 existentes. Los proyectos de estas obras empezarán a redactarse y se ejecutarán entre 2018 y 2019.

"Va a costar. Nadie esconde ni la complejidad ni lo que supone de concienciación de trabajo colectivo el implantar el Plan de Calidad de Aire, pero estoy convencida de que en 2020 llegaremos a los requerimientos de la UE y a la mejora de la salud de los ciudadanos", resumió este martes con optimismo Sabanés.

El modelo de ciudad que tiene en mente Carmena pasa, además, por ampliar la red ciclista madrileña. El gobierno de Ahora Madrid heredó algunos trayectos del anterior equipo de Ana Botella (PP), que, sin embargo, a menudo, están desconectados entre ellos. El plan del responsable del Área de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo, postula que la capital tenga 130 kilómetros de itinerarios ciclistas de aquí a 2019, fecha de las próximas elecciones municipales. Estos carriles ocuparán principalmente las calzadas, para no robar espacios a los peatones.



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