Los fenómenos meteorológicos extremos no se acabarán en 2017

Son los efectos del calentamiento global, dice la Organización Meteorológica Mundial (OMM), dependiente de la ONU. "Incluso sin un Niño, en el 2017 estamos viendo cambios notables en todo el planeta que desafían los límites de nuestra comprensión del sistema climático. Estamos en un territorio inexplorado", ha subrayado David Carlson, director del Programa Mundial de Investigación sobre el Clima de la OMM.

Aunque apenas han transcurrido tres meses, todo indica que el año actual volverá a ser excepcional. La temperatura media mundial fue el pasado enero la tercera más elevada de su serie desde que empezaron las mediciones a mediados del siglo XIX, solo por detrás de los meses de enero del 2016 y 2007, mientras que el pasado febrero fue el segundo más cálido, nuevamente por detrás del insólito 2016. Los datos proceden de la NASA y la NOAA, las dos instituciones estadounidenses que computan las temperaturas medias mundiales.

En su declaración oficial sobre el Día Meteorológico Mundial, que se celebra el jueves, la OMM también recuerda como hecho excepcional que el Ártico sufrió durante el pasado invierno tres episodios de "ola de calor" -así las define- debidas a poderosas tormentas atlánticas que trajeron consigo entradas de aire caliente y húmedo. En pleno invierno "había días en que las temperaturas estaban cerca del punto de fusión del hielo marino", dice. Como consecuencia, la banquisa boreal o capa de hielo flotante del Ártico es este marzo la menos extensa para estas fechas desde que hay registros, según datos del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de EEUU (NSIDC).

Hielo del Ártico

El pasado septiembre, mes en el que se suele alcanzar el mínimo anual de hielo, la banquisa llegó a cubrir solo 4,14 millones de kilómetros cuadrados, un 34% menos extensión que en el promedio 1979-2000, aunque relativamente lejos del récord del 2012 (3,39 millones de kilómetros cuadrados). "La investigación científica indica que la situación en el Ártico y la fusión del hielo marino están llevando a un cambio más amplio en los patrones de circulación oceánica y atmosférica. Están afectando al clima en otras partes del mundo", afirma la OMM.

Además, en contraste con la tendencia de los años previos, el hielo marino que rodea la Antártida también alcanzó el pasado febrero, verano austral, un "mínimo récord" de solo 2,22 millones de kilómetros cuadrados. La anterior marca databa de 1997.



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