La financiación del estudio corre a cargo del proyecto VACCIA (“Evaluación de la vulnerabilidad de servicios ecosistémicos relevantes frente a los impactos del cambio climático y para la adaptación al mismo”), que a su vez recibe fondos del programa europeo LIFE+. Los resultados del estudio facilitarán la labor de los políticos, la industria y la sociedad en su conjunto y permitirán que Finlandia cuente con el apoyo necesario para adaptarse al cambio climático.

Al estudio contribuyen cerca de cien expertos del Instituto de Medio Ambiente Finlandés, el Instituto Meteorológico Finlandés y las Universidades de Helsinki, Jyväskylä y Oulu. Sus predicciones apuntan a que el clima de Finlandia se calentará más durante la temporada de invierno que durante la estival.

Durante el verano los finlandeses experimentarán días más calurosos durante más tiempo. El invierno térmico, periodo determinado en función de la temperatura, será más corto. En su estudio, el equipo observó varias ciudades como Helsinki y Lahti y centros turísticos como Kuusamo y Sotkamo. También se investigaron los efectos del cambio climático y la probabilidad de que éste se produzca en distintos entornos de importancia forestal, agrícola e hídrica. Los autores señalan que el sector turístico deberá adaptarse a la falta de nieve.

“El cambio en el patrón de precipitaciones, los inviernos más cortos y cálidos y un descenso considerable de la cubierta de nieve podrían cambiar en gran medida las condiciones necesarias para el turismo natural desarrollado en el norte de Finlandia”, advirtió el profesor Hannu I. Heikkinen de la Universidad de Oulu (Finlandia), director de la sección del proyecto dedicada al turismo. “Los centros turísticos del norte, como Vuokatti en Sotkamo, ya están reflexionando sobre la forma de reducir la incertidumbre relativa al clima invernal mediante la ampliación de distintas soluciones techadas, como túneles para la práctica del esquí y estadios de hielo”, añadió.

Y asegura que ya “existen planes para producir localmente la energía necesaria para la creación de un invierno artificial mediante técnicas geotérmicas y bioenergía. Otra adaptación obvia sería el desarrollo de opciones y programas turísticos que abarcasen todo el año. Esto mejoraría la eficiencia del sector turístico y reduciría la presión sobre el medio ambiente y la sociedad”.

El equipo también sugiere que el calentamiento del clima facilitaría el cultivo de especies más productivas y variedades de plantas que precisan una temporada más prolongada. El estudio aporta datos sobre la influencia del cambio climático en la selección de los cultivos comerciales, los sectores productivos y el empleo de fertilizantes y plaguicidas, entre otras consideraciones.

“La variación de las condiciones climáticas aumenta la vulnerabilidad de la agricultura», explicó el profesor Juha Helenius del Departamento de Agronomía de la Universidad de Helsinki. «Las granjas no han dejado nunca de adaptarse a los cambios climáticos, pero un aumento de la variabilidad en los ciclos de crecimiento y la frecuencia de fenómenos climáticos extremos obligarán a que los agricultores dispongan de una adaptabilidad económica mayor a variaciones grandes en el tipo y la calidad de sus cultivos”.

Los modelos apuntan que la silvicultura y la pesca también sufrirán el impacto del cambio en las condiciones imperantes.



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