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La escasez de agua es un desafío global que no conoce fronteras. La reciente advertencia de la Comisión Europea sobre posibles conflictos dentro de la Unión Europea debido a la falta de este recurso vital resalta la urgencia de abordar esta problemática. En este contexto, es fundamental reflexionar sobre la importancia del agua, especialmente en regiones como Cataluña, donde la sequía ha cobrado un protagonismo preocupante en los últimos años.

Situación de Sequía en Cataluña

La situación de sequía en Cataluña es un tema que no puede pasarse por alto. Con un clima mediterráneo que ya de por sí presenta variaciones extremas en las precipitaciones, la región se enfrenta a desafíos adicionales debido al cambio climático. Los veranos más calurosos y secos, junto con la disminución de las lluvias invernales, han exacerbado la escasez de agua, poniendo en riesgo tanto el suministro para usos domésticos como para actividades agrícolas e industriales.

La gestión deficiente del agua, el uso insostenible del suelo y la contaminación han contribuido a agravar esta situación en Cataluña. Los embalses se encuentran en niveles alarmantemente bajos, y los recursos hídricos disponibles están siendo cada vez más insuficientes para satisfacer las necesidades de la población y de los diferentes sectores económicos. Ante esta realidad, es imperativo adoptar medidas proactivas y coordinadas para garantizar la disponibilidad y la gestión adecuada del agua.

Advertencia desde Bruselas

La advertencia de la Comisión Europea sobre la posibilidad de conflictos por el agua dentro de la UE no debería tomarse a la ligera. Según Wopke Hoekstra, «El impacto climático seguirá empeorando. Es inevitable y puede resultar abrumador. Sí, las consecuencias del cambio climático son hasta cierto punto inevitables. Pero pueden y deben gestionarse mejor», dijo en rueda de prensa en el Parlamento Europeo el comisario europeo de Acción Climática tras la reunión celebrada.

Bruselas llama a los Estados miembros a reforzar la gobernanza y la coordinación, a la mejora de análisis y toma de decisiones sobre las interconexiones entre los distintos riesgos, adecuar la planificación de infraestructuras y mejorar la financiación pública y privada.

«La resiliencia climática es cuestión de competitividad para las economías y las empresas y, por tanto, para el empleo» y la adecuada gestión de los riegos climáticos es «una condición necesaria para mejorar los niveles de vida» y una «cuestión de supervivencia económica de las zonas rurales y costeras, agricultores, silvicultores y pescadores», resume Bruselas.

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Especial mención se hace sobre la cuestión del más importante recurso vital como es el Agua y tal efecto durante este congreso Bruselas recordaba «que ya está bajo presión en muchas partes de Europa debido a una gestión estructural deficiente, un uso insostenible del suelo, cambios hidromorfológicos y contaminación».

Las continuas crecidas por inundaciones, episodios de oleajes cada vez más agresivos, sequías o incendios forestales de mayor extensión y más agresivos, «se están convirtiendo en una amenaza para la salud y una causa recurrente de pérdidas sociales, ambientales y económicas», se irán ampliando y harán que haya «partes más grandes de Europa afectadas por el estrés hídrico, así como un creciente riesgo de mega sequías».

Estos riesgos pueden desembocar en «una mayor competencia por los recursos hídricos entre sectores y usos, incluido el riesgo potencial de conflictos dentro y entre los Estados miembros sobre recursos hídricos transfronterizos», advierte Bruselas, que estima que las sequías le cuestan a la UE 9.000 millones de euros al año y las inundaciones han supuesto «más de 170.000 millones de euros en total desde 1980».

«El agua debe ser gestionada, y la demanda humana debe ajustarse a la nueva y más escasa oferta», lanza Bruselas, que avanza que evaluará los planes de los Estados miembros sobre gestión hidrográfica, de riesgos de inundaciones y protección marina para estudiar «la necesidad de tomar medidas».

Desafíos y Acciones en Cataluña

En Cataluña, la competencia por los recursos hídricos ya es una realidad, con tensiones entre los diferentes usuarios y sectores. La agricultura, uno de los pilares económicos de la región, se ve especialmente afectada por la escasez de agua, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria y la viabilidad de muchas explotaciones.

Para abordar estos desafíos, es necesario un enfoque integral que incluya tanto medidas de adaptación como de mitigación del cambio climático. La restauración del ciclo del agua, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la inversión en infraestructuras hídricas son algunas de las acciones que deben priorizarse en Cataluña y en toda la Unión Europea.

Conclusión

La escasez de agua es un problema urgente que requiere una respuesta concertada a nivel local, nacional y europeo. En Cataluña, la sequía es una realidad palpable que demanda acciones inmediatas y eficaces. Solo mediante una gestión responsable y sostenible del agua podremos garantizar un futuro próspero y equitativo para las generaciones venideras.

Fuente: Comisión Europea , Efeverde 

Redacción Ambientum



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